Ciberdelincuencia

Cómo saber si te están espiando tu teléfono móvil

Nuestros teléfonos móviles contienen todo nuestro mundo, lo que los convierte en un objeto muy codiciado por los delincuentes

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Nuestros teléfonos móviles podrían ser considerados como una extensión de nuestro cuerpo. Los utilizamos para todo: para ver videos, para pagar en tiendas, para guardar documentos privados, para encontrar direcciones, para enviar correos electrónicos y para muchísimo más. Todos nuestros datos personales están en un mismo lugar, lo que hace que los teléfonos móviles sean un objeto codiciado por los malhechores que quieren acceder a nuestra información.

Es muy importante que cuidemos nuestros teléfonos móviles. Una forma de hacerlo es utilizando contraseñas difíciles o utilizando la cara o la huella para autenticar. También es importante actualizar los sistemas y aplicaciones para prevenir ataques. Por último, debemos tener cuidado al descargar aplicaciones o hacer clic en enlaces que no conocemos, ya que pueden infectar nuestro teléfono móvil con virus.

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Identifican a una hacker que estafó desde Malta 15.000 euros a una palentinaLa RazónEuropa Press

Pero, aunque tomemos todas estas precauciones, no podemos estar seguros al 100% de que nuestra información esté a salvo. Los malhechores se vuelven cada vez más astutos, por lo que siempre hay un riesgo de que nos hackeen. No existe una medida de seguridad perfecta, por lo que debemos ser conscientes de los peligros y tomar medidas proactivas para proteger nuestra información personal en línea.

¿Cómo se espía un teléfono móvil?

La forma más común de obtener información de un teléfono móvil ajeno es a través de una aplicación específica. En el mercado existen varias opciones que se comercializan como herramientas destinadas a padres preocupados por la seguridad de sus hijos, aunque los usos que se pueden dar a este tipo de herramientas son mucho más amplios. Por fortuna, estas aplicaciones no son perfectas y suelen dejar rastros en el smartphone que infectan. Si experimentas alguno de estos problemas en tu teléfono móvil, es posible que alguien esté espiándote:

  • El teléfono se sobrecalienta.
  • La cámara del aparato se enciende sola.
  • Llegan mensajes de texto sospechosos.
  • El teléfono se enciende o se reinicia solo.
  • Aumenta el uso del paquete de datos.
  • Se registran cargos extras en la factura del servicio, como llamadas que no realizaste.
  • Te aparecen anuncios publicitarios no deseados.
  • La batería tiene menos duración.
  • El sistema operativo está muy lento o se congela.

Es importante tener en cuenta que algunas de estas señales también pueden deberse al mal funcionamiento del aparato, por lo que no debemos alarmarnos de inmediato. Sin embargo, si varias de ellas suceden frecuentemente y sin una razón aparente, entonces deberíamos prestarle atención al problema.

¿Qué hacer en caso de que alguien nos esté espiando?

Si sospechas o tienes conocimiento de cualquier comportamiento que atente contra tu intimidad, es importante que recopiles pruebas que sustenten tu acusación antes de interponer una denuncia. Para ello, puedes ponerte en contacto con un experto informático que elabore un informe pericial de tu terminal.

Una vez que hayas reunido todas las pruebas necesarias, debes presentar una denuncia ante las fuerzas de seguridad del estado o ante el Juzgado de Instrucción de guardia más cercano. Según el artículo 201 del Código Penal, es necesario que el agraviado o su representante legal interponga una denuncia para iniciar el proceso penal referente a un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

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Hay dos excepciones a esta regla: si la persona agraviada es menor de edad, incapaz o una persona desvalida, entonces la Fiscalía puede actuar por su cuenta sin necesitar la autorización de un tutor legal; y tampoco será necesario una denuncia cuando la comisión de este delito afecte a los intereses generales o a una pluralidad de personas.

El artículo 197 del capítulo I del título décimo del Código Penal se encarga de los delitos contra la intimidad, el derecho a la propia imagen y a la inviolabilidad del domicilio, y establece las consecuencias penales que puede acarrear la extracción de información del dispositivo de una persona sin su autorización expresa.