
Emprendedores
Compromiso mutuo

El «coaching» parte de una premisa: «El cliente (o «coachee») es el experto en su negocio», eso le diferencia de una consultoría, dónde el experto consultor le diría al cliente qué acciones debe poner en marcha.
En «Pesadilla en la cocina», no es el «coachee» el que soluciona los problemas, es Alberto Chicote, como magnifico profesional, el que le aconseja y proporciona las soluciones como un consultor experto en la materia, pero no actúa como «coach» porque aunque muestra el camino para la cultura de cambio, las soluciones no emanan del cliente. Piénsenlo detenidamente, comprobarán que las acciones que salen de uno mismo tienen la impronta de ser propias por lo que son mucho más efectivas que las que vienen impuestas.
El «coachee» es realmente el experto en su negocio pero en ocasiones pierde el rumbo, es ahí donde entra en juego el «coach», alineando sus prioridades. En un primer encuentro, el objetivo es valorar si el uno y el otro están en un momento adecuado para trabajar juntos. Este punto no siempre se cumple en «Pesadilla en la cocina». También se debe valorar el nivel de compromiso y en varios programas hemos podido comprobar que el dueño se involucra pero no los integrantes del equipo. Frases como: «¡Tenemos que vender más!» no motivan y sí cargan de angustia tanto al que lo emite, como al que lo escucha, porque no hay un «cómo» detrás. Aunque Chicote muestra el «cómo», éste no sale del gerente del restaurante, por lo que no llega a implementarse totalmente.
*Coach
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