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El World Press Photo enfoca a los emigrantes

El norteamericano John Stanmeyer gana el primer premio por su instantánea «Señal»

«SEÑAL». La imagen muestra a personas sin rostro que se amparan en la noche de Yibuti mientras buscan red de teléfono para hablar con sus seres queridos
«SEÑAL». La imagen muestra a personas sin rostro que se amparan en la noche de Yibuti mientras buscan red de teléfono para hablar con sus seres queridoslarazon

De la oscuridad a la luz. El principio de la fotografía es plasmar imágenes duraderas por la acción de la luz. En el caso del World Press Photo son instantáneas que también permanecen en la retina de quien las observa. Este certamen, el más importante a nivel mundial de fotoperiodismo, galardonó ayer, divididos en nueve categorías, a 53 fotógrafos de 25 países. La ganadora, «Señal» pertenece al estadounidense John Stanmeyer. El jurado también ha reconocido el trabajo de los españoles Moisés Samán y Pau Barrena, del argentino Emiliano Lasalvia, el salvadoreño Fred Ramos y el mexicano Christopher Vanegas.

Una obra poética

El jurado valoró la imagen de Stanmeyer porque considera que «es una foto que conecta con otras historias sobre tecnología, globalización, migración, pobreza, desesperación, alienación y humanidad». Uno de los miembros, Jillian Edelstein apuntó también a que en ella «hay sutilidad, un trabajo poético, en el que se mezcla la expresión de los hechos graves y preocupantes con el mundo actual». Stanmeyer, fundador de la Agencia VII, plasma en la imagen a un grupo de inmigrantes africanos a la orilla del mar en Yibuti. Todos aparecen levantando a la vez sus teléfonos móviles en un intento de conseguir capturar una red telefónica. «Es un punto de parada común para los emigrantes en tránsito procedentes de países como Somalia, Etiopía y Eritrea que van en busca de una vida mejor en Europa y el Medio Oriente», señala la organización del premio. Esta foto se separa un poco de las ganadoras de los últimos dos años, que inmortalizaron conflictos armados, como la imagen ganadora en 2012 de Samuel Aranda, en la que una mujer con velo abraza a un herido durante las protestas contra el Gobierno de Yemen, o la de 2013 del sueco Paul Hansen que plasma un entierro en Gaza. También este año los conflictos armados han tenido su propio protagonismo con la guerra de Siria y las consecuencias del tifón Haiyán de Filipinas. La pieza de Stanmeyer aboga, dentro de la desesperación, por iluminar la esperanza. Otro de los miembros del jurado, Susan Linfield destaca que «muchas fotos de inmigrantes les muestran desaliñados y patéticos... pero esta foto les dignifica». Para el autor, que estas siluetas sin nombre hayan sido premiadas constituye «un honor y un privilegio. La foto es poética, tiene eco en todos nosotros. Es sólo gente tratando de llamar a sus seres queridos. Podría ser cualquiera». Stanmeyer ha trabajado durante la última década en exclusiva para «National Geographic», a la que pertenece la imagen ganadora. Durante diez años, entre 1998 y 2008, estuvo presente para inmortalizar la guerra en Afganistán, la independencia de Timor Oriental, la caída de Suharto en Indonesia y otros temas internacionales para «Time».

Por su parte, el argentino Lasalvia obtuvo el galardón en fotografía deportiva por una obra en la que aparece retratado el jugador de polo Pablo Mac Donoug cayendo de su caballo. El fotoperiodista de El Salvador Fred Ramos consiguió el primer premio de la categoría «Temas contemporáneos» gracias a una foto de un crimen en Saltillo (Coahuila).

La organización recibió un total de 98.000 imágenes de 5.747 profesionales de todo el mundo. El británico Gary Knight presidió por segunda vez el jurado compuesto por otros 18 profesionales, como el español Daniel Beltrá. Las fotografías ganadoras se exhibirán en una exposición en Ámsterdam el 18 de abril antes de iniciar una gira por más de 100 ciudades durante este año.

La presencia española que no cesa

Moisés Saman nació en Lima, Perú, pero vive en Barcelona desde que tenía un año. Durante su último curso de universidad en California se interesó por la fotografía y comenzó con retratar el conflicto de los Balcanes, en el que reconoce que «no vendí una sola foto». En 2000 se unió a «Newsday» como fotógrafo hasta 2007. Posteriormente viajó por Afganistán, Irak y otros países de Oriente Medio para relatar las consecuencias del 11S. Después ha trabajado de freelance para «New York Times», «Newsweek» y «Time». Confesó en una entrevista reciente que no le gusta que le llamen fotógrafo de guerra por sus connotaciones. Su imagen ganadora fue tomada para la agencia Magnum en marzo de 2013. Ha recibido prestigiosos premios de Pictures of The Year y el Overseas Press Club y sus imágenes viajan por todo el mundo.

Pau Barrena está nervioso al otro lado del teléfono. Desde que le han concedido el tercer premio World Press Photo 2014 en la categoría de «Retratos» no para de recibir llamadas de medios de comunicación. Este catalán de 28 años recibió el galardón con «Una tradicional novia bereber» que muestra a una mujer ataviada para su boda en Tinghir (Marruecos) tomada en agosto del año pasado. «La verdad es que me hace mucha ilusión. No llevo en la fotografía más que dos años y me han concedido uno de los premios más prestigioso», explica a LA RAZÓN. Dentro de su corta trayectoria ya ha conseguido otras distinciones, como la otorgada por Casa África en octubre. «Creo que al jurado le ha gustado el impacto visual de la foto, están acostumbrados a ver muchas, pero para la costumbre occidental resulta chocante una novia tapada», asegura.