Alberto Chicote

Rakel: «viví con Víctor un duelo demoledor»

A pesar de sus polémicas y su fuerte carácter, la concursante logra el triunfo en el «talent»

Rakel Cernicharo, ganadora de la cuarta edición de «Top Chef»
Rakel Cernicharo, ganadora de la cuarta edición de «Top Chef»larazon

Una rebelde que se expresaba a través del canto y la pintura. Así era Rakel Cernicharo antes de dedicarse de lleno a los fogones . Esa experiencia la plasma en su cocina anárquica que ha demostrado en «Top Chef», el «talent» de Antena 3, que ganó el miércoles frente a uno de sus máximo rivales, el peruano Víctor, con el que ha tenido sus más y sus menos sazonados con discusiones. Considera que su profesión es un arte y si algo ha demostrado es que se trata de una gran creadora. Impulsiva y con mucho temperamento, ha demostrado no empequeñecerse ante las adversidades, aunque ella prefiere definirse como una mujer «apasionada», según comentó a LA RAZÓN. Decidió entrar en el concurso para vivir una experiencia y afirma que no se lo ha tomado como una competición, sino «como un reto personal. Para mí esto no era ninguna pelea, todos somos unos grandes cocineros».

Un don muy particular

Con tan solo 22 años abrió su propio restaurante, Karak, reconocido como uno de los locales más prometedores de la Comunidad Valenciana. Llegó al «talent» para homenajear a su padre y tras doce semanas de competición, más de 30 pruebas y 10 rivales los ha vencido a todos. Así, logró alzarse con el ansiado título, además de un premio valorado en más de 100.000 euros y la edición de su propio libro de recetas. Lo ha conseguido tras demostrar sus habilidades culinarias ante un jurado duro de roer compuesto por tres expertos de gran prestigio: Alberto Chicote, Susi Díaz y Paco Roncero. De ellos opina que «me imponían mucho. No sabía darme cuenta de cuándo iban a echarme un cable. Los tres son geniales. Y Chicote es un “cabroncete” con un corazón impresionante».

En la final, los familiares y compañeros de ambos finalistas estuvieron presentes para darles todo el ánimo posible, aunque Rakel afirma que «fue un duelo demoledor. Los padres de Víctor son maravillosos pero se pasaron un poco. Me minaron psicológicamente durante tres horas que a mí se me hicieron seis. Todos querían que Víctor consiguiera lo que ellos no habían logrado».

Ahora, entusiasmada con su nuevo proyecto, quiere «llegar a todos los públicos para que la gente venga al establecimiento y, sobretodo, disfrute». Porque tiene las cosas más que claras: «Quiero trabajar y trabajar. Siento que debo hacerlo más que nunca». Una experiencia de la que se lleva más templanza para su cocina y una experiencia extrema de la que ha sacado en claro que le da igual el mundo de los críticos gastronómicos: «Saben de cocina pero luego nadie monta un local. Esto me ha ayudado a decir: «“Yo valgo, al que le guste bien, y al que no también”. Que restaurantes hay muchos y aceras más todavía». Para los futuros concursantes también tiene consejos: «Improvisar, no crear estrategias, disfrutar y pasar de los demás, porque en la vida cuanto más capaz te vean más te van a chafar».

El perdedor, con Michelin

Rakel se midió en un duro duelo gastronómico con su compañero Víctor, quien no dudó en menospreciarla durante el duelo con frases como «en una final no presento una ensaladita» o «ahora es cuando me siento orgulloso de mi estrella Michelin». «He ganado, eso es lo que me llena. Sus comentarios solo demuestran que tiene muchos miedos. Yo también, pero me los

guardo para mí e intento no presionar a mi contrincante», afirma convencida la joven.