Juicio en Palma de Mallorca

Un cuidador acusado de abusos afirma que una de las víctimas estaba "obsesionada con él"

La Fiscalía pide 20 años de prisión al antiguo empleado de una residencia para personas con discapacidad en Palma de Mallorca que niega haber abusado de dos residentes y acusa a una de ellas de enviarle "fotos desnuda" y llamarle "sin parar"

Audiencia de Palma
Audiencia de Palma de Mallorca.Agencia EFE

Ante las acusaciones de la Fiscalía de abusar sexualmente de dos mujeres con discapacidad mental reconocida en una residencia de Palma de Mallorca, un cuidador ha negado haber realizado tocamientos eróticos a estas dos residentes, haberlas hecho fotos y vídeos de contenido sexual e, incluso, ha acusado a una de ellas de estar "obsesionada con él". "Me enviaba fotos desnuda, que yo borraba, y me llamaba sin parar", ha declarado el cuidador esta mañana en la Audiencia de Palma de Mallorca respondiendo únicamente a preguntas de su defensa. La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma celebra este lunes y martes el juicio contra este cuidador acusado de abusar sexualmente en 2018 de dos mujeres con una capacidad mental reconocida del 72% y el 65% que residían en una residencia del patronato Agrupación Pro-minusválidos psíquicos, donde vivían un total de ocho personas con discapacidad.

En relación a la segunda víctima a quién presuntamente tocó los pechos, el trabajador ha afirmado que una noche sólo la despertó para que se tomase su medicación. Sin embargo, el Ministerio Público le acusa de realizarla tocamientos hasta que la víctima se despertó y le dijo que parase. El fiscal sostiene que el acusado conectaba con la segunda víctima a través de Whatsapp para pedirle fotografías y vídeos desnuda o de contenido sexual, mientras que el cuidador también mandaba a la residente fotos y vídeos de él masturbándose. El Ministerio Público sostiene que, aprovechando los momentos en los que estaba solo, hacía fotografías y vídeos a la víctima cuando estaba en la ducha o cuando iba al baño bajo el pretexto de ayudar con su higiene.

En relación a la primera víctima a la que acusa de estar "obsesionada" con él, el procesado está acusado de aprovechar la patología mental de la mujer y los turnos en los que era el único monitor del centro para realizarla tocamientos en el pechos y los genitales. Además, la Fiscalía le acusa de haber forzado a la residente a que hiciese tocamientos sexuales y le masturbase. Los monitores de esta residencia para personas con discapacidad mental se distribuían en turnos de mañana, tarde o noche, quedando un único monitor en la mitad del turno de tarde, el turno de noche y los fines de semana.

El cuidador se ha defendido de las acusaciones alegando que en el registro diario del centro en el que trabajaba dejó dos avisos del trastorno de conducta de una de las víctimas por "obsesionarse" con él y sus tendencias "nomofóbicas". El presunto agresor sexual ha lamentado que la dirección del centro no le hiciera llegar la denuncia y ha añadido que tuvo conocimiento de las acusaciones cuando fueron a detenerle.

En su declaración como testigo, la directiva que puso la denuncia ha explicado que conoció los hechos porque las compañeras "pensaban que podía estar pasando algo delicado". La directiva ha asegurado que los mensajes y las imágenes que se intercambiaban daban a entender una "relación diferente a la de un cuidador y una usuaria", aunque ha matizado que conoce las fotos y vídeos por lo que le transmitían las compañeras del acusado ya que ella no vio las imágenes porque la víctima "siempre las borraba".

La Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito continuado de abuso sexual con acceso carnal, otro de elaboración de material pornográfico utilizando a personas discapacitadas, uno de exhibicionismo ante personas discapacitadas y un delito de abuso sexual. Por ello, el Ministerio Público pide 20 años y tres meses de prisión para el acusado. Además, la Fiscalía reclama 10 años de libertad vigilada, la inhabilitación para cualquier profesión que conlleve contacto con personas con discapacidad durante seis años y órdenes de alejamiento a las dos mujeres durante 20 años. También solicita que el acusado indemnice a una de las víctimas con 20.000 euros y a la otra con 2.000 euros por el menoscabo moral sufrido.