Las secuelas de la riada en Valencia
Los damnificados de cuatro patas de la DANA
El equipo de veterinarios del Hospital Ceu Cardenal Herrera atiende animales enfermos en la zona cero de la tragedia
Desde el primer momento en que se supo de la magnitud de la tragedia en l’Horta Sud de Valencia, la Ribera y en las localidades de Pedralba, Chiva, Cheste y Requena, entre otras, un equipo de veterinarios del Hospital Veterinario Ceu Cardenal Herrera se puso en marcha para atender a los animales damnificados por la DANA, tanto a los enfermos, como a los que hubieran podido resultar heridos, o a los que simplemente quedaron aislados y necesitaban comida o medicamentos. Veterinarios, veterinarios clínicos y estudiantes se subieron a las dos «pick up» que tiene la universidad y comenzaron a recorrer pueblos y atender necesidades. Desde 2016, el Hospital Veterinario del Ceu Cardenal Herrera presentó a la Administración un plan de rescate de animales que finalmente no pudo ser aprobado porque no quedaban claras las competencias, ya que se enfocaba principalmente a los animales atropellados en carretera, y la titularidad de las vías no solo es autonómica (fue con la Generalitat con quien se estudió el convenio) sino que también las hay provinciales (diputación) o nacionales, e incluso las hay locales. El lío competencial llevó al traste con el interesante proyecto que se valoraba en dos millones de euros.
Pero el espíritu del mismo impregnó a los profesores y estudiantes del Hospital Veterinario de forma que en otras ocasiones ya han realizado rescate sin que nadie se lo pida, y sin que ninguna administración se lo agradezca. Más tarde, la proposición se plasmó en el articulado de la ley que desarrollaba la Unidad Valenciana de Emergencias, una entidad de coordinación de efectivos de bomberos y agentes forestales, que no llegó a ver la luz y que fue abortada antes de su nacimiento por Carlos Mazón cuando llegó a la Presidencia de la Generalitat.
Casos de leptospira
Aún así, la conmoción de la DANA removió a estos profesionales que el sábado pasado comenzaron la atención a los animales mediante carpas o en locales cedidos, bajo la coordinación de los veterinarios Jesús Cardells, Jordi López, Víctor Lizana y Jordi Aguiló. Entre sus funciones, realizan rondas por municipios con asistencia clínica, triaje y traslado en su caso, al Hospital Veterinario, en Alfara del Patriarca. También identifican cadáveres y gestionan la recogida de los mismos. Se encargan también de las asistencias urgentes y hacen guardias nocturnas.
Y todo eso, a cargo del Hospital que ya ha gastado más de 60.000 euros. La Administración valenciana, de momento, ha colaborado poniendo ocho pick-up todoterreno con sus correspondientes conductores. Nada más.
Los veterinarios han establecido zonas de atención. La primera comprende Chiva, Cheste, Loriguilla, Buñol, Utiel y Requena. La segunda, las pedanías de La Torre, Horno de Alcedo, Castellar-Oliveral y el municipio de Sedaví; una tercera en Benetússer, Massanassa, Alfafar, Catarroja y Albal; y la cuarta que atiende en los municipios de Aldaia, Alaquàs, Picanya, Paiporta y Torrent.
Además, han puesto tres centros de Atención Veterinaria ante Emergencias en Benetússer, en Catarroja y en Paiporta, siempre y cuando no exista ninguna clínica veterinaria activa en la zona, para no hacer competencia desleal.
Así, por ejemplo, el centro de Benetússer está previsto que se desmonte el lunes pues parece que ese día podrá abrir una clínica de la zona. A partir de ese momento, es el veterinario de la zona quien los puede llamar si lo necesita. En Catarroja el centro está instalado en la Universidad La Florida, mientras que en Paiporta, los veterinarios trabajan en condiciones lamentables en una planta baja cedida por un particular, ya que el Ayuntamiento no les ha proporcionado un local adecuado. Además, el bajo cedido a los veterinarios no tiene puertas ya que las arrancó la riada, por lo que el «hospital» se monta y se desmonta cada día para que no lo roben por la noche. Los medicamentos que suministran son, o bien del Ceu Cardenal Herrera, o bien cedidos por empresas de la Asociación Empresarial Veterinaria de Valencia y gestionados por el Colegio de Veterinarios de Valencia.
Este equipo de voluntarios gestiona el día a día, y lo que está por venir. Y en este sentido, están preparando un protocolo porque prevén que a partir de la semana próxima comiencen a abundar los casos de infecciones, principalmente por leptospira, propia de los entornos húmedos como son las zonas de la catástrofe.
También hacen, cuando es posible, atención domiciliaria, para evitar que los animales tengan que salir a la calle, en zonas quizás llenas de barro y agua todavía; además del estrés que le produce el caos reinante en algunas poblaciones con el incesante aullar de las sirenas de emergencias, algo que comparan, dicen, con el efecto que les producen las «mascletàs» en Fallas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar