El Papa recibe el alta
Los deberes de la «fisio» a Francisco: escribir más y mejor
El Pontífice ha de combinar la rehabilitación motora con la respiratoria
Los dos meses de convalecencia prescritos por el equipo médico que atiende al Papa buscan no solo un aislamiento preventivo para acabar con la infección polimicrobiana que padece, sino también un tiempo para una óptima rehabilitación motora y respiratoria. Como reconoció el pasado sábado Sergio Alfieri, el doctor del Policlínico Gemelli que ha liderado la recuperación del Papa, «cuando tienes una neumonía bilateral y tus pulmones están dañados, tus músculos respiratorios también tienen problemas y una de las primeras cosas que sucede es que pierdes un poco la voz». Ayer, durante su breve comparecencia pública se pudo constatar su limitación para respirar. En paralelo, amén de la silla de ruedas, también se vio a un Pontífice con dificultades para mover sus brazos. Y es que la gravedad de la enfermedad que ha atravesado durante estas cinco semanas de hospitalización ha mermado en parte sus fuerzas.
Para compensar esta fragilidad física, según ha podido confirmar LA RAZÓN, la fisio-terapeuta que le atiende le ha puesto como deberes que se afane en escribir todo lo que pueda: más y mejor. Y es que, si durante los días donde la neumonía le dejó especialmente débil tuvo que firmar alguno de los documentos oficiales con sus iniciales, la especialista en rehabilitación le habría instado a Francisco no solo a firmar con su nombre concreto, sino a recuperar una de sus actividades más habituales: escribir a mano, lo mismo cartas personales que documentos magisteriales o la reflexión que acompaña al rezo dominical del ángelus.
Precisamente en el mensaje para la oración mariana que se distribuyó ayer justo antes de su alta hospitalaria, Francisco reconoce que «en este largo tiempo de hospitalización he experimentado la paciencia del Señor, que también veo reflejada en los incansables cuidados de los médicos y del personal sanitario, así como en las atenciones y esperanzas de los familiares de los enfermos». «Esta paciencia confiada, anclada en el amor indefectible de Dios, es realmente necesaria en nuestra vida, sobre todo para afrontar las situaciones más difíciles y dolorosas», destaca el Papa.
Esa receta de paciencia, combinada con las múltiples sesiones de fisioterapia, busca, en la medida de lo posible, que el Papa pueda recuperar toda su actividad. Sin embargo, desde la Santa Sede se muestran especialmente cautelosos a la hora de programar su agenda presente y futura. Especialmente cuando se aborda el calendario de la Semana Santa. De la misma manera, está por ver si Francisco podrá recibir en la Casa de Santa Marta a Carlos III y a su esposa Camilla. Por el momento, los Reyes de Inglaterra mantienen en su agenda la audiencia privada con el Santo Padre prevista para el 8 de abril. Más confiados se muestran quienes esperan que el 27 de abril pueda estar al frente de uno de los actos principales de este Jubileo 2025: la canonización del joven italiano Carlo Acutis, al que se le considera ya el patrón de
internet.
Más allá de la paciencia, en su meditación para el ángelus, una vez más Francisco se mostró «entristecido por la reanudación de los intensos bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, con muchos muertos y heridos». En este contexto, exigió «el cese inmediato de las armas» y que se alcance «un alto el fuego definitivo». «La situación humanitaria en la Franja vuelve a ser muy grave y requiere el compromiso urgente de las partes beligerantes y de la comunidad internacional», reclamó Jorge Mario Bergoglio. En paralelo, sí se felicitó por el hecho de que «Armenia y Azerbaiyán hayan llegado a un acuerdo sobre el texto final del Acuerdo de Paz».