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Los amigos de La Manada «no recuerdan» el caso de Pozoblanco

Participaron en un chat en el que aludían al uso de burundanga en un presunto abuso sexual.

Los cinco de «La Manada»
Los cinco de «La Manada»larazon

Participaron en un chat en el que aludían al uso de burundanga en un presunto abuso sexual.

Es el precedente de la presunta violación grupal en San Fermín que acaba de quedar vista para sentencia. Cuatro miembros del grupo de jóvenes conocido como «La Manada» se enfrentan ahora también a un posible caso de abuso sexual, ocurrido dos meses antes de aquel 7 de julio de 2016. Los hechos se juzgan en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Pozoblanco, en Córdoba, donde ocurrieron los hechos. Los cuatro, en prisión provisional, se acogieron a su derecho a no declarar en el presente caso.

Como en el suceso de Pamplona, en éste también hay un vídeo, esta vez grabado dentro de un coche. Según el atestado policial, en el asiento de atrás puede verse a la denunciante, de 21 años, a la que acababan de conocer en la feria de Torrecampo y a la que iban a acercar hasta Pozoblanco. La joven se encontraba en estado de inconsciencia casi desde que entró en el vehículo, siendo objeto de tocamientos en sus pechos por parte de todos los ocupantes. Junto a ella se encontraba Alfonso Jesús Cabezuelo, que «la besaba en la boca, riéndose entre ellos de la víctima». También en el asiento de atrás estaba Jesús Escudero. Conducía el coche Antonio Manuel Guerrero y de copiloto tenía a José Ángel Prenda, que grabó los hechos con el móvil del conductor. Poco después, la joven se despertó completamente desnuda en el asiento de atrás, con el mono y las medias rotas. Después de vestirse, Cabezuelo, presuntamente, le pidió que le hiciera una felación. Según el auto, al negarse la joven, fue golpeada dos veces en la cara y en otra ocasión en el brazo. Acto seguido, fue empujada fuera del coche y la insultaron llamando a la presunta víctima «puta».

En total, hay dos archivos de vídeo en el móvil de Guerrero. El segundo de ellos fue compartido en el chat bautizado como «Manada», en el que llamaban a la joven «bella durmiente». El «Prenda» compartió el mismo vídeo en el chat llamado «Peligro». Apenas habían pasado 20 minutos desde la grabación. Además de las propias imágenes, fueron las conversaciones de este segundo chat las que, según el juez, también muestran «serios indicios de que podrían haberse utilizado sustancias específicamente destinadas para provocar la inconsciencia de la víctima». En total, dicho vídeo fue compartido con 21 personas. «¿Le echásteis a la chavala burundanga? Qué bueno», dice uno de los participantes del chat. Esta sustancia actúa como depresor de las terminaciones nerviosas y del cerebro, lo que deja a las víctimas inconscientes y amnésicas. De hecho, está reportado su uso en casos de abusos sexuales.

Precisamente, tres de los amigos que participaron en el chat declararon ayer ante la juez. Según ha podido saber este diario, finalmente declararon dos y aseguraron «no acordarse» de haber escrito comentarios en WhatsApp acerca de la utilización de dicha droga en el caso de Pozoblanco.

La joven denunció los hechos después de que la Policía Foral de Navarra, que investigaba el caso de los Sanfermines, le mostrara los vídeos que hallaron también en el móvil de Guerrero. Afirmó que ya los había denunciado antes, pero que «nadie la creyó».

Según los letrados de los defensores, el supuesto uso de la burundanga es «una elucubración interesada». Del mismo modo, y en relación al vídeo que captó los hechos, aseguraron que «no se han formulado preguntas, teniendo en cuenta» que la presunta víctima «no recuerda nada», según apuntó a Ep uno de los abogados defensores, Agustín Martínez.