Denuncia, que algo queda

El manifiesto en defensa del actor Gerard Depardieu en Francia ha abierto la caja de Pandora. A través de una carta publicada en el periódico Le Figaro, actores, actrices, cantantes y hasta políticos (56 personalidades en total, representantes del mundo de la cultura) han apoyado que sea la Justicia gala la que haga su trabajo respecto a las supuestas agresiones sexuales cometidas por el actor, pero que no se cometan linchamientos públicos que no respeten su legítima presunción de inocencia.

Mientras, otras voces han mostrado su repulsa al texto, e incluso han arremetido contra alguno de los firmantes. De entre ellas destaca la de la actriz Lucie Lucas que, en un tuit publicado inmediatamente después de la publicación del manifiesto, no solo ha afeado la conducta de la también actriz Victoria Abril por sumarse a esta iniciativa, sino que ademásla ha amenazado con destapar "agresiones sexuales" presuntamente cometidas por la española en rodajes.  

El hecho de que se denuncie en las redes, sin pruebas y sabiendo que una vez que se coloca algo en ellas –aunque se borre–, permanece para siempre y empaña el prestigio del denunciado, evidencia la necesidad de que se regule de una vez el comportamiento de los usuarios , y que tanto las denuncias como las amenazas, y hasta los insultos, acaben costando indemnizaciones, o la cárcel, a quienes los publican.

Si no se hace, cualquiera, en su propio nombre, en el de otros u oculto bajo un cobarde e innoble seudónimo, podrá señalar a quien le parezca y provocarle un daño irreversible sin recibir ningún castigo por tal delito, a menos que el señalado denuncie a su vez en los tribunales. Y a veces ni aun así…