Haití

El «caso Oxfam» torpedea a las ONG

Dimite la vicepresidenta ejecutiva de la entidad por los escándalos sexuales de sus directivos en Haití. El Gobierno del país caribeño llevará ante la Justicia a los culpables, que también abusaron de menores y acosaron a compañeras

El máximo responsable de Oxfam, Mark Goldring, a su salida del Departamento de Comercio y Desarrollo Internacional en Londres, Reino Unido
El máximo responsable de Oxfam, Mark Goldring, a su salida del Departamento de Comercio y Desarrollo Internacional en Londres, Reino Unidolarazon

Dimite la vicepresidenta ejecutiva de la entidad por los escándalos sexuales de sus directivos en Haití. El Gobierno del país caribeño llevará ante la Justicia a los culpables, que también abusaron de menores y acosaron a compañeras.

El escándalo sexual que atraviesa Oxfam, hasta ahora una de las ONG más reputadas del mundo, se cobró ayer su primera víctima. La vicedirectora ejecutiva de la organización humanitaria, Penny Lawrence, decidió abandonar su cargo tras la polémica creada después de salir a la luz que algunos directivos y cooperantes contrataron a prostitutas en Haití, algunas de ellas supuestamente menores, durante las labores de rescate del terremoto que devastó al país en 2010.

Lawrence admitió que la organización había recibido quejas sobre posibles comportamientos inadecuados por parte de esos trabajadores antes de que fueran enviados al país caribeño, pero no tomó las medidas adecuadas. «Como directora de programa en aquel momento, estoy avergonzada de que esto ocurriera bajo mi supervisión y asumo toda la responsabilidad», señaló.

Tras una investigación interna, siete hombres abandonaron la organización en 2011, entre ellos el director en Haití, el belga Roland van Hauwermeiren, quien, en lugar de ser despedido, recibió «una salida gradual y digna» a cambio de que cooperara en la investigación interna. Renunció así a su puesto sin ni siquiera una acción disciplinaria. Pero, según revela la prensa británica, la ONG conocía que el belga, junto con otro hombre keniano, había contratado también prostitutas en 2006 en Chad. Ambos habían sido acusados de, al menos, cuatro denuncias de acoso sexual contra sus compañeras o mala conducta, pero aun así fueron destinados como responsables a Haití.

«En los últimos días, nos hemos dado cuenta de que se había transmitido la preocupación por el comportamiento del personal en Chad, así como en Haití, y que no fuimos capaces de responder de forma adecuada», señala el texto firmado por Lawrence. «Ahora está claro que esas acusaciones, que involucran el uso de prostitutas y están relacionadas con el comportamiento tanto del director en el país como de los miembros de su equipo, fueron transmitidas antes de que él [Van Hauwermeiren] fuera trasladado a Haití», reconoció.

La hasta ahora vicedirectora ejecutiva de esta ONG, que recibe 340 millones de euros al año entre fondos del Gobierno británico y donaciones públicas, pidió disculpas por «el daño que esto ha provocado en quienes apoyan a Oxfam y en el sector de la cooperación», así como «en las personas vulnerables» afectadas.

El director ejecutivo de la organización, Mak Goldring, expresó su «profundo respeto por la decisión de Penny Lawrence de aceptar una responsabilidad personal». «Como nosotros, ella está destrozada por lo que ocurrió y está determinada a hacer lo que sea mejor para Oxfam y la gente a la que ayudamos, que es nuestra razón de existir», afirmó.

La dimisión se hizo pública tras la reunión que la organización mantuvo ayer con la ministra de Cooperación Internacional, Penny Mordaunt, quien advirtió el fin de semana de que el Ejecutivo retirará los fondos públicos a cualquier ONG que no coopere con las autoridades en las investigaciones para destapar casos de abusos sexuales y no adopte medidas para evitarlos. Además, prometió ir «más allá» en la respuesta a las organizaciones que hayan incumplido los códigos éticos, lo que puede suponer una batería de medidas que dejarían muy tocada su reputación.

El código de conducta de Oxfam prohíbe a sus trabajadores pagar por sexo. Por otra parte, la prostitución es ilegal en Haití y la edad del consentimiento son los 18 años. Pero, según «The Times», la ONG no informó a las autoridades locales de los hechos porque «era extremadamente improbable que se tomara alguna medida». Ninguno de los acusados ha sido arrestado o se enfrenta a cargos criminales. Pero el Gobierno de Haití solicita ahora que se identifique a los trabajadores que pagaron por sexo porque está considerando emprender acciones legales contra ellos. El embajador de Haití en Londres, Bocchit Edmond, aseguró a «The Guardian» que está «horrorizado» por el hecho de que Oxfam permitiera a los cooperantes abandonar el país sin denunciarlos a las autoridades. «Podemos estar ante una banda pedófila. Fue un delito. La prostitución es ilegal y puede haber implicadas menores», dijo.

El de Oxfam no sería un caso aislado. Al menos 120 trabajadores de organizaciones como Save the Children, Cruz Roja o Christian Aid fueron acusados de abusos sexuales. Ahora, en el sector existe el miedo de que estas acusaciones provoquen el descrédito generalizado sobre su trabajo poniendo en peligro las donaciones del público y las instituciones. Gerald Steinberg, presidente del Institute NGO Research, lamenta en declaraciones a LA RAZÓN que en los últimos años no se les ha pedido rendición de cuentas a las organizaciones no gubernamentales, «lo que ha contribuido a crear una sensación de impunidad entre los trabajadores de las ONG».