Con la llegada de junio, las altas temperaturas ya se han instalado en buena parte de España, marcando el inicio de una temporada de calor que ha comenzado con fuerza. Durante el último fin de semana, varias comunidades autónomas registraron temperaturas anormalmente elevadas para estas fechas, con máximas que superaron los 38 ºC en puntos del interior peninsular. Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), ciudades como Córdoba, Sevilla, Badajoz o Murcia vivieron jornadas sofocantes que no solo afectaron al día a día de los ciudadanos, sino también a su descanso nocturno.

Este episodio de calor ha supuesto un desafío para muchas personas, especialmente durante las noches. Las altas temperaturas nocturnas, conocidas como "noches tropicales" cuando no bajan de los 20 ºC, cada vez son más comunes, dificultando conciliar el sueño y provocando interrupciones del descanso que a menudo afectan al bienestar y al rendimiento diario.

Frente a esta situación, son muchas las opciones que se valoran para mitigar el calor en el hogar, siendo el aire acondicionado y el ventilador las soluciones más comunes. Sin embargo, mientras que el aire acondicionado implica un mayor consumo energético y, por tanto, un mayor coste económico, el ventilador se presenta como una alternativa más accesible, eficiente en consumo y sencilla de usar. Precisamente por estas ventajas, son muchas las personas que optan por dormir con el ventilador encendido toda la noche durante los meses más calurosos del año.

"Lo mejor sería que no te apunte directamente"

No obstante, esta práctica aparentemente inofensiva puede tener consecuencias para la salud que no todo el mundo conoce. Así lo ha advertido recientemente el enfermero Jorge Ángel (@enfermerojorgeangel), un profesional sanitario y divulgador muy activo en redes sociales, especialmente en TikTok, donde acumula millones de seguidores gracias a su contenido centrado en consejos de salud, prevención y bienestar.

Así, razona que "el continuo movimiento de aire hace que el polvo y los ácaros se movilicen más, por tanto, se incrementan los problemas de alergia". El enfermero continúa explicando que "sobre todo si el aire te está pegando a ti directamente, pues se pueden resecar mucho más las mucosas de la nariz y de la boca", lo que a su vez conlleva que el organismo "produzca más mocos y, por tanto, congestión y dolor de cabeza".

Por último, el creador de contenido apunta a que este aire puede contribuir a aumentar "la rigidez, las contracturas musculares, por tanto, lo mejor sería que no te apunte a ti directamente, que apunte hacia otro lado, o que tenga un sistema de los que van girando", concluye.