Comercio electrónico

El 83,5% cree que se tolera el negocio de la ropa falsificada

Siete de cada diez encuestados consideran que la piratería en las marcas nunca podrá ser erradicada del todo.

Las falsificaciones de ropa existen porque tiene un mercado potente de consumidores que no ven nada malo en ello
Las falsificaciones de ropa existen porque tiene un mercado potente de consumidores que no ven nada malo en ellolarazon

Siete de cada diez encuestados consideran que la piratería en las marcas nunca podrá ser erradicada del todo.

Las falsificaciones de ropa, como el de otros tráficos ilegales, existen porque hay consumidores detrás que nutren la demanda sobre esa oferta. Es un negocio, pero como todas las actividades delictivas no es algo inocuo, sino que deja una estela de perjudicados y daños colaterales muy considerables. Entre ellos se puede hablar de bolsas de dinero negro, menos recursos para la economía regulada, promoción del trabajo ilegal, sustento, en suma, de redes criminales. En cuanto a lo económico, hablamos de magnitudes extraordinarias. Su impacto se estima en 338.000 millones de euros, el 2,5% del comercio mundial. Se calcula además que alrededor de un 5% de todas las importaciones que se realizan en Europa son una estafa. ¿Por qué tal éxito? Por distintos factores, pero uno en especial como es que se trata de una actividad que no ha suscitado la necesaria condena social. Y, sin embargo, la encuesta de NC Report sí evidencia que los españoles son conscientes de lo gravosa que resulta la piratería. El 93,5% de los ciudadanos cree que los controles son muy permisivos con las organizaciones que trafican con las falsificaciones y que el sistema no responde con la eficacia debida ante esta actividad. Los preguntados no son demasiado optimistas sobre el pulso del Estado de Derecho contra estas mafias. De hecho, el 68% piensa que el «negocio» de la piratería no desaparecerá nunca y que, por consiguiente, tiene futuro. También hay mayoría concluyente (73,8%) que defiende que las grandes marcas son las más dañadas por este comercio turbio y oscuro de la economía sumergida y contra el que habría que promover el deseable reproche ciudadano.