Barajas

El eterno calvario judicial de las víctimas del accidente de Spanair

Rafael Vidal espera poder caminar a final de año
Rafael Vidal espera poder caminar a final de añolarazon

Los familiares de las víctimas y los supervivientes de uno de los peores accidentes de la historia de la aviación en España siguen sin poder cerrar página. El sufrimiento de los 18 supervivientes y de los familiares de las 155 víctimas mortales comenzaron el 20 de agosto de 2008, cuando el JK 5022 operado por Spanair despegaba de Madrid con destino a Las Palmas y se precipitaba contra el suelo en la Terminal 4 de Barajas. Después de casi cinco años de batalla judicial, la Audiencia Provincial de Madrid dictaminó que los únicos responsables del siniestro fueron los pilotos, a pesar de las numerosas deficiencias detectadas en el avión, tanto estructurales como de mantenimiento.

En ese punto comenzaba la batalla civil, la de reclamación de cantidades a la aseguradora Mapfre, que había suscrito una póliza de 150 millones de dólares con Spanair. Sin embargo, casi seis años después, las familias no han recibido su indemnización (sólo un adelanto de 25.000 euros en concepto de adelanto), los supervivientes siguen costeándose de su bolsillo las facturas médicas y reclaman una solución rápida para poder continuar con su vida y poner fin a esta pesadilla que nunca podrán olvidar.

Ante la falta de acuerdo con Mapfre, los afectados han acudido a los tribunales para que sea un juez el que fije la cantidad económica. La aseguradora ha consignado 12,6 millones para el pago de los gastos médicos y las indemnizaciones, una cantidad que las víctimas consideran «insultante» porque ni siquiera llegan a las cantidades mínimas fijadas en el Convenio de Montreal. Mapfre hizo una oferta el año pasado, basada en el baremo de los accidentes de tráfico, algo que fue calificado de «insultante» por los afectados. Desde ese momento, comenzaron a multiplicarse las denuncias contra la compañía. Una de ellas reclama 7,3 millones por cinco pasajeros (tres supervivientes y dos víctimas mortales), una cantidad que por sí sola ya supone más de la mitad de lo consignado por la compañía para los 173 pasajeros. Además de ésta, hay abiertas dos causas más.

Mapfre, por su parte, ha pedido la suspensión del juicio y que se incluya a Boeing en el proceso de reclamación de cantidades, algo que ya se intentó en la vía penal y no prosperó.

Las víctimas consideran que esta es una maniobra más «para dilatar el proceso» y obligarlas a aceptar una oferta que, a todas luces, consideran insultante. Rafael Vidal, de 36 años, sobrevivió al accidente y es uno de los 44 afectados que han denunciado a la aseguradora. En su opinión, la petición de suspensión tiene como único fin «dilatar eternamente el proceso y que nunca cobremos, o no tengamos más remedio que aceptar las miserias de indemnizaciones que están ofreciendo, cuando acaban de anunciar unos beneficios de 900 millones de euros».

El caso de Vidal es especialmente delicado. Después de 15 intervenciones quirúrgicas, no ha logrado caminar por sí mismo. Este ingeniero de Telecomunicaciones madrileño habituado a dedicar los días libres que tenía en la multinacional de Rayos X a viajar y a hacer deporte, lleva seis años intentando caminar por sí solo. El 20 de agosto de 2008 se sentó en el asiento 3D del JK5022 operado por Spanair para ir a surfear a Las Palmas y no ha vuelto a poder caminar sin ayuda. En el accidente sufrió una fractura de columna, una fractura abierta de tibia, de varias costillas y huesos y una contusión, que estuvo a punto de costarle la vida. Pasó un mes en la UCI inmovilizado boca arriba porque la importancia de las lesiones imposibilitaba operarle. Los minutos fueron eternos, los días parecían siglos. Cuando comenzó a ver algo de luz, le dijeron que su pierna izquierda era inviable y que había que amputarla. Decidió pedir una segunda opinión y fue operado en una clínica privada. Le salvaron la pierna. Le intercambiaron la tibia de la pierna izquierda por el peroné de la derecha, le alargaron el hueso, pero la mala fortuna ha hecho que sufra dos roturas y que deba llevar un armazón de hierro y tornillos rodeando su pierna. Con suerte, podrá caminar a finales de año, pero no se atreve a aventurar nada. Después de pasar por todo esto, ha llegado la solicitud de Mapfre, que también le duele, pero en el alma. No entiende cómo no se hace efectiva la prima de la póliza y porqué les están dando tantos problemas. Vidal sólo quiere que sea un juez el que determine la indemnización. Sólo eso. Se siente indefenso. El accidente ha servido para que se amplíe el número de miembros de la comisión de investigación, para que se elabore un estatuto de las víctimas, para que se prepare un protocolo de atención psicológica a las víctimas y que las proteja de los abogados cazafortunas... Pero ninguna norma establece plazos para el pago de las indemnizaciones.

Vidal ha gastado más dinero en atención médica de lo que le ofrece Mapfre. De hecho, tuvo que pedir un préstamo a la Asociación de Víctimas del Vuelo JK5022 para poder sufragarse alguna de las intervenciones y que devolverá cuando cobre la indemnización. Durante este tiempo, sólo ha podido trabajar durante seis meses y subsiste gracias a la Seguridad Social, en la que ha alternado periodos de baja, con otros de incapacidad temporal, por lo que sus ingresos se reducían a la mitad. Además, su trayectoria vital y profesional se ha visto truncada. A pesar de todo, Vidal siempre ha intentado mantenerse ocupado para no derrumbarse. Durante los primeros cinco años buscó justicia como miembro de la junta directiva de la Asociación de Víctimas, en la que coordinó la labor de los peritos. Después del varapalo judicial, sólo quedaba la resolución de la vía civil para rehacer su vida y parece que ese día no va a llegar nunca. Mientras tanto, Vidal lucha por un indemnización justa y acorde con el accidente: «No se puede utilizar un baremo de tráfico porque la explosión de las 80 toneladas de combustible del avión fue mucho más grande que la del 11M y causó muchas más muertes que el propio accidente». Este superviviente sabe que la Audiencia Nacional decidió una indemnización de un millón de euros para cada una de las víctimas del 11M, pero él se conforma con que la aseguradora cumpla con su obligación y que lo determine un juez. Para ello, ha iniciado una recogida de firmas en Change.org (dónde en una semana ha logrado 80.000 adhesiones) que, en su momento, decidirá si se entregan al Ministerio de Justicia, para que se acelere la resolución del caso y poder centrarse en lo verdaderamente importante, volver a caminar solo, con autonomía y, quién sabe, si algún día podrá volver a subirse a una tabla de surf.

Mapfre responde que ha ofrecido la mediación a todos

La compañía aseguradora quiso responder a la petición de Change.org para que se indemnice ya a las víctimas y explicó que «En Mapfre somos sensibles a la situación de las víctimas del accidente de Spanair y nuestro principal objetivo es agilizar al máximo los procedimientos, especialmente en beneficio de ellas. Tenga en cuenta que a raíz de producirse el accidente (agosto 2008) se inicia un proceso penal que no finaliza hasta septiembre de 2012, momento en el que se archiva el caso. Esta ha sido la causa principal de la dilatación en el tiempo y no dependía de nuestra compañía. A raíz del archivo del proceso penal (septiembre de 2012), se abrieron los procesos civiles, fase en la que nos encontramos en la actualidad. Y podemos garantizarle que, lejos de dilatar estos procesos, estamos intentando, por todos los medios, que avancen con la mayor rapidez posible. Por otro lado, Mapfre ha propuesto en todos los casos acudir a procedimientos extrajudiciales de solución de conflictos, en concreto, a mediación».