Caso Marta del Castillo

«El único modo de burlar el test de la verdad es cerrar los ojos»

El asesino de Marta verá durante una hora fotos relacionadas con el paradero del cuerpo para analizar sus reacciones neuronales

Fotomontaje de la cara de Carcaño y los ojos de Marta del Castillo
Fotomontaje de la cara de Carcaño y los ojos de Marta del Castillolarazon

Lleva dos años retirado de su cargo como jefe del servicio de Neurofisiología del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, puesto que ocupó durante más de dos décadas. Sin embargo, es tanta la fe que hay depositada en él que la Policía Nacional le confiará la realización de la prueba de la P300, conocida popularmente como el «test de la verdad», a Miguel Carcaño. No en vano, José Ramón Valdizán ha sido el introductor en España, al menos en lo que a nivel pericial se refiere, de esta prueba neuronal. Este prestigioso neurofisiólogo, que también ha llevado a cabo la prueba para analizar trastornos del neurodesarrollo en menores (TDAH, autismo, etc.), detalla a LA RAZÓN en qué consistirá un análisis que, según estima, podría realizarse durante la primera quincena de marzo. «No sería partidario de demorarlo más. Se está levantando tal revuelo mediático que no sería bueno. Sobre todo para la familia, porque se seguiría manteniendo su agonía», afirma. Hay que recordar que el asesino condenado por la muerte de Marta del Castillo ha accedido voluntariamente a someterse a la prueba, tal como reconoció el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el pasado jueves. ¿El objetivo? Saber dónde ocultó el cadáver de la joven sevillana cinco años después de su asesinato, tras siete versiones distintas y varias búsquedas infructuosas.

En esencia, esta prueba, que está bastante extendida a nivel judicial en EE UU y Japón, se encarga de medir la actividad de la onda cerebral P300, lo que requerirá el traslado de Carcaño al hospital zaragozano, que alberga el material necesario para su medición. Como explica Valdizán, la P300 es una onda de información oculta y almacenada en nuestro cerebro, que surge 300 milisegundos después –de ahí su nombre– de que el sujeto se someta a un estímulo visual. Con Carcaño se utilizará el sistema de medición conocido como «odd-ball» por pares, que es el más tradicional. ¿El objetivo? «Rastrear» en sus recuerdos.

¿En qué consistirá? A Carcaño se le enseñarán dos series de fotos y frases. En una de las series, el material estará relacionado con los lugares que la Policía ha descartado definitivamente como paraderos del cadáver (por ejemplo, el vertedero de Alcalá de Guadaíra). En la otra serie, se le mostrarán fotografías y frases llamadas de «prueba», y que están relacionadas con los lugares en los que los agentes sí sospechan que puede hallarse el cuerpo (como puede ser la finca de «La Majaloba»). Se harán varias repeticiones, intercalando las imágenes y los textos. Las imágenes serán elegidas por la Policía Judicial, mientras que un psicólogo decidirá su orden. «Las frases tienen que ser interrogantes y no deben ser negativas, porque son más complejas de procesar», puntualiza Valdizán.

Fotos y frases

Carcaño verá estas imágenes frente a una pantalla de ordenador. Y a oscuras, porque la oscuridad dilata la pupila, el ojo focaliza mejor y la percepción será más óptima. A medida que vea las fotografías y las frases, el equipo de Valdizán tendrá constancia de las reacciones de su cerebro a través de un encefalograma. Y es que la onda P300 no es visible en el momento; sólo se ve el encefalograma. Para ir eliminando el «ruido» y que sea perceptible son necesarias muchas repeticiones y someterle a Carcaño a muchos estímulos. Una vez logrado, Valdizán medirá la altura de esta onda, que se mide en microvoltios y que constituye un flujo de información: cuanta más alta sea la onda, supondrá mayor información y de mayor calidad. Es de esperar que en las imágenes de lugares ya descartados por la Policía, Carcaño no mostrará mucho interés y su onda P300 será casi imperceptible, lo que servirá para tomarla como referencia; por el contrario, en aquellos lugares en los que los agentes sospechan que pueda estar el cuerpo, el interés y los recuerdos de Carcaño se activarán, por lo que la altura de la onda P300 será mayor. Ésos serán los paraderos que, una vez finalizado el test, coparán el interés de la Policía. Hay que destacar que, durante la realización de la prueba, Valdizán no sabrá a qué imágenes se corresponde cada altura de onda registrada, pues «se pueden cometer errores». Eso sólo lo conocerá posteriormente, a la hora de contrastar todos los datos.

Durante las horas previas a la prueba, Carcaño no puede tomar sustancias estimulantes, como la cafeína. Además, debe dormir sus horas y, en definitiva, «estar tranquilo». Y es que la sospecha está sobre la mesa. ¿Puede Carcaño engañar a la máquina? «La onda sale automáticamente. La única forma de evitarla es cerrando los ojos. Pero eso lo vería yo en el electroencefalograma. Habría un tiempo de actividad que tarde o temprano empezaría a ser lenta. No hay formas voluntarias de bloqueo», asegura el neurofisiólogo, que estima que la prueba durará «más de una hora seguro».

¿En qué parte de nuestro cerebro surge la onda P300? Como indica el neurofisiólogo, eso ya es un «debate» aparte. Valdizán estima que esta onda nace en el hipocampo del lóbulo temporal. Así, hay un circuito que va desde el hipocampo hasta la corteza y que, «posiblemente» pasa por el tálamo. La altura de la onda, explica, puede alcanzar un máximo de 20 microvoltios.

Entre un 80% y un 90% fiable

En cuanto a la fiabilidad de esta prueba, Valdizán señala que algunos estudios la sitúan entre el 80% y más del 90%. Sin embargo, no es algo que le preocupe. «Nosotros no buscamos inocencia o culpabilidad. Eso sí serían ''máquinas de la verdad'', algo que la ley española no permite. Se le ha llamado la máquina de la verdad porque, a nivel de divulgación, hay que llamarlo de alguna forma. Nosotros lo que buscamos son restos», afirma. Así, en el peor de los casos, aclara, lo que puede ocurrir es que la altura de la onda no sea lo suficientemente significativa como para motivar una nueva búsqueda por parte de la Policía. «En ese caso, les diré: ''No se molesten, porque no está en ningún lugar de los que le han enseñado''», subraya.

Sobre el caso en sí, Valdizán opina que «la Policía de Sevilla ha hecho muy buen trabajo. Cuando unos profesionales están detrás de un tema, son buenos profesionales. Lo tenían fácil. Podrían haber dicho: "Mire usted, no la encontramos, ha habido un juicio, tenemos mucho trabajo y pocos recursos. Lo sentimos". Pero siguen en ello. Tiene mucho mérito». Con todo, cree que en esta historia hay «alguna variable extraña. Es como si tuviera un paciente al que le he hecho todas las pruebas y hay algún dato que la familia no me ha contado, mientras que yo he seguido todas las pautas y no he encontrado nada. Eso es lo que me llama la atención».

Ocho meses de ensayos para su primer caso

El pasado 18 de diciembre, Antonio Losilla se convirtió en la primera persona que se sometió al examen de la P300. Como en el caso de Marta del Castillo, la Policía también busca un cadáver. Losilla, residente de la localidad aragonesa de Rica, fue detenido hace casi dos años por la desaparición de su mujer, Pilar Cebrián. Valdizán sometió a Losilla a un análisis similar al que se enfrentará Carcaño. Para aquella ocasión, tuvo ocho meses de ensayos previos, mientras que la prueba duró 116 minutos. La labor de los agentes no fue fácil: como indica Valdizán, en cinco años desde que se produjo la desaparición de Marta ha dado tiempo a descartar muchos lugares; en el caso de Losilla, más reciente en el tiempo, son muchos los paraderos que maneja la Policía. Con todo, a día de hoy no han trascendido los resultados de este caso, que está bajo secreto de sumario.