
Salud mental
Esta es la mejor forma de manejar la ansiedad, según los psicólogos
Algunos expertos indican que el error más común es tratar de combatir los pensamientos negativos con una lucha constante contra ellos

La ansiedad es, en muchos casos, una respuesta natural ante lo desconocido. No saber qué pasará mañana, no entender del todo lo que ocurre en el presente o perder el control sobre lo cotidiano son detonantes comunes en una sociedad cada vez más exigente con la previsión, el control y la seguridad. Sin embargo, no todos reaccionamos igual ante la incertidumbre: para algunos, es un terreno incómodo pero manejable; para otros, puede convertirse en un desencadenante de crisis emocionales profundas.
Los expertos en salud mental advierten que vivimos en una cultura con baja tolerancia a la ambigüedad. La necesidad constante de respuestas, rutinas fijas y certezas absolutas hace que, ante cualquier alteración del orden, muchas personas entren en estado de alarma psicológica. Y cuando la incertidumbre se instala, la ansiedad puede ganar terreno muy rápidamente.
Un ejemplo reciente fue el apagón eléctrico masivo que afectó a la península ibérica el pasado 28 de abril. Durante más de diez horas, millones de ciudadanos se vieron obligados a enfrentarse a un escenario sin luz, sin explicaciones claras y sin control. Aunque para algunos fue solo una molestia práctica, para otros representó un auténtico desafío emocional. El desconocimiento sobre las causas del corte disparó todo tipo de pensamientos: ¿fue un fallo técnico? ¿un ataque? ¿y si no vuelve la electricidad? Las preguntas no hacían más que alimentar el miedo.
Según los psicólogos, estas reacciones se explican por la relación que muchas personas tienen con la incertidumbre. Hay quienes necesitan que todo esté planificado, previsto, delimitado. En esas personas, cualquier situación que rompa esa estructura genera una sobrecarga mental difícil de gestionar.
Además, en momentos así el pensamiento tiende a volverse más rígido y negativo. Lo incierto se interpreta como peligroso y se inicia una cadena de hipótesis catastrofistas que solo aumentan la tensión. La sobreexposición a redes sociales o teorías conspirativas tampoco ayuda: cuanto más se alimenta el miedo, más cuesta frenarlo.
Pero, ¿cómo se puede gestionar mejor esta ansiedad? Según los expertos, el error más común es tratar de combatir los pensamientos negativos con una lucha constante contra ellos. Esa batalla interna, lejos de calmar, refuerza el malestar. La clave está, más bien, en cambiar la actitud hacia esos pensamientos: aprender a observarlos sin reaccionar, sin buscar suprimirlos ni validarlos.
Una metáfora útil para entender esto es la del 'sombrero molesto'. Intentamos recolocarlo una y otra vez para dejar de sentir su incomodidad. Puede funcionar un rato, pero al final solo conseguimos estar pendientes de él todo el día. Así actúa la mente cuando buscamos alivio inmediato frente a la ansiedad: nos volvemos esclavos del intento de control, sin lograr verdadera calma.
Los psicólogos proponen una estrategia diferente: aceptar la presencia del pensamiento incómodo, seguir con nuestras actividades pese al malestar y entender que el control absoluto no solo es imposible, sino innecesario. Tolerar la duda es una forma madura de confianza: en uno mismo, en el entorno y en que no todo tiene que resolverse de inmediato.
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