Salud

Exdirectivos de la OMS y autores del Convenio Marco del Control del Tabaco critican el rechazo del organismo a las alternativas libres de humo

Coincidiendo con la celebración de la COP10, aseguran que su postura no tiene base científica e impide que más de 1.000 millones de fumadores mejoren su estado de salud

Una encuesta reciente apunta a que los cigarrillos electrónicos se afianzan en España como alternativa al tabaquismo.
Cigarrillo electrónicoPixabay

La 10ª Conferencia de las Partes (COP10) del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco (CMCT) concluye este viernes sin avances para mejorar la salud de los más de 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo. Diferentes expertos atacaron duramente a la Organización por darle la espalda a las medidas de reducción del daño contra el tabaquismo pese a que la evidencia científica demuestra que las alternativas libres de humo como el cigarrillo electrónico, los dispositivos de calentamiento de tabaco, las bolsitas de nicotina o el snus reducen la exposición a sustancias tóxicas hasta en un 95%.

El Dr. Clive Bates, antiguo director de Action on Smoking and Health (Reino Unido), que participó estrechamente en la elaboración del Convenio Marco para el Control del Tabaco y fue uno de los fundadores de la Alianza para el Convenio Marco (ahora Alianza Mundial para el Control del Tabaco), criticó que la OMS presente las alternativas libres de humo como una amenaza y no aproveche su potencial para incentivar su uso como opción menos dañina, ya que cada año mueren en el mundo más de ocho millones de personas a causa del tabaco.

Según Bates, la OMS yerra al clasificar el aerosol del tabaco calentado como "humo”, ya que el humo es resultado de la combustión y estas alternativas no implican combustión. Además, la Organización alega la insuficiencia de pruebas que demuestren que estos productos son menos nocivos, desestimando sistemáticamente los informes realizados por las empresas fabricantes de tabaco, una actitud que, a su parecer es poco científica y cínica, ya que el trasvase hacia alternativas al cigarrillo ya salva miles de vidas en países como Suecia.

Suecia está a punto de coronarse como el primer país del mundo libre de humo, al alcanzar una tasa de tabaquismo inferior al 5% de la población, frente al 23% de media que registra la UE gracias al snus (producto autóctono de tabaco sin humo en formato húmedo y pasteurizado que administra nicotina a través de las encías). Como resultado, los logros de Suecia en materia de salud son incomparables. Su incidencia del cáncer es un 41% inferior que en el resto de sus homólogos europeos, lo que equivale a un 38% menos en la cifra total de muertes por cáncer. Además, en todas las enfermedades relacionadas con el tabaco, Suecia tiene una tasa de mortalidad un 39,6% más baja que la media de la UE y es uno de los tres países con el menor número de muertes por cáncer de pulmón, según el informe “La experiencia Suecia, hoja de ruta para una sociedad sin humo”.

En otros países como Nueva Zelanda, Noruega, Reino Unido y Japón también se han registrado reducciones sustanciales en la prevalencia del tabaquismo coincidiendo con la adopción de productos de nicotina novedosos. En Nueva Zelanda, por ejemplo, la prevalencia de fumadores diarios adultos cayó de 13,3% en 2017-18 a 6,8% en 2022-23 después de que los cigarrillos electrónicos se hicieran ampliamente disponibles, una disminución del 49% en cinco años. En el mismo período, y con el respaldo del gobierno y la regulación del vapeo, la prevalencia del vapeo diario en adultos aumentó de 2,6% a 9,7%, según recogen Robert Beaglehole, exdirector del Departamento de Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de la OMS, y Ruth Bonita, exdirectora del Departamento de Vigilancia de ENT de la OMS, en su artículo conjunto “Aprovechar la reducción de daños del tabaco”.

Ambos expertos destacan que los documentos críticos de antecedentes para la COP10 recomiendan tratar los productos de nicotina libres de humo como equivalentes a los cigarrillos y regularlos de manera similar. Con este enfoque, la OMS recompensa a países, como India, por prohibir los cigarrillos electrónicos; 34 países, principalmente de ingresos bajos y medios, prohíben ahora los cigarrillos electrónicos. “Pero esto supone un paso atrás porque no son productos comparables en términos del daño que causan; después de todo, es la combustión del tabaco la que causa el daño, no la nicotina”, denuncian. Sobre la preocupación de que una amplia disponibilidad de cigarrillos electrónicos fomente la dependencia de la nicotina en los jóvenes, los expertos aseguran que hay poca evidencia que sugiera que el vapeo lleva al tabaquismo entre los jóvenes y que en todo caso las regulaciones estrictas deben equilibrarse con las necesidades de salud de los adultos mayores que fuman y requieren apoyo para dejarlo. Beaglehole y Bonita advierten de que la mitad de los fumadores (500 millones) morirán de forma prematura si no abandonan este hábito, algo que se puede lograr abrazando las innovaciones libres de humo.

A las voces críticas con la OMS se suma Rafael Lara Liy, catedrático de derecho de la Universidad Autónoma de México. Durante la segunda edición del Foro Latinoamericano de Nicotina y Reducción de Riesgo, que se desarrolló en Panamá, celebrado de forma paralela a la COP10, Lara dijo que políticas públicas contra los vapeadores y otros productos de tabaco sin humo “no tienen soporte científico” y se basan en la “desinformación. Por ello, reclama una regulación de las alternativas libres de humo proporcional a su riesgo.

En España, el Consejo de Ministros aprobó a mediados de enero el Real Decreto que regula determinados aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco y relacionados. Con él se prohíbe la venta del tabaco calentado que contiene aromas y se obliga a que en el etiquetado figuren las advertencias de que es perjudicial para la salud.