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Gallardón: «Me dan asco los motivos de la retirada de la reforma de la ley del aborto»

Alberto Ruiz-Gallardón, en la inauguración del congreso Católicos y Vida Pública.
Alberto Ruiz-Gallardón, en la inauguración del congreso Católicos y Vida Pública.larazon

Alberto Ruiz-Gallardón volvió ayer a la palestra pública por primera vez desde que dejara de ser ministro de Justicia por la retirada de la ley del aborto por parte de Mariano Rajoy.

Alberto Ruiz-Gallardón volvió ayer a la palestra pública por primera vez desde que dejara de ser ministro de Justicia por la retirada de la ley del aborto por parte de Mariano Rajoy. Y como suele hacer, no dejó indiferente a nadie durante su larga intervención, en la que hizo un exhaustivo repaso a la situación de la familia en España y Europa.

Habló de aborto, de conciliación entre la vida familiar y laboral, de matrimonio, de demografía, de políticas de familia... Pero no fue hasta el último minuto de su presencia en el Congreso Católicos y Vida Pública, y tras una pregunta de Benigno Blanco –que le presentaba– sobre si la presión de las clínicas de abortos habían tenido algo que ver en la retirada de la ley del aborto, cuando se sinceró y habló sin tapujos: «Quiero terminar mi intervención diciendo, y entiéndanme ustedes la expresión, que me da igual. No me importa que haya sido porque lo ha promovido un «lobby» económico, no me importa que haya sido porque alguien haya pensado que es un beneficio electoral. Es lo de menos. Lo de más es que no hay ninguno, ni uno solo de los motivos que pudiésemos imaginar en contraposición al deber moral de cualquier ser humano de defender la vida de sus semejantes. Sea éste o sea cualquier otro, lo único que me da es asco».

El auditorio respondió en ese momento con un aplauso unánime, como lo había hecho cuando el ex ministro concluyó su intervención y se disponía a responder las preguntas de los congresistas. Tuvo que intervenir el moderador para no perder tiempo del coloquio.

Sereno y contundente, Alberto Ruiz-Gallardón demostró sus dotes de oratoria y, sin apenas leer una palabra –sólo algunas estadísticas–, hizo una radiografía de la situación de la familia, que definió como «una realidad natural, que lo es porque está presente en todas las sociedades y culturas». «El ser humano tiene derecho a la familia. No se le puede privar de ella ni ser sustituida por los poderes públicos», añadió.

Una visión de la que se deduce que la institución familiar no atraviesa su mejor momento en España y en Europa, y sobre la que se siente responsable al haber formado parte de un Gobierno durante tres años. «Soy responsable de muchas de las cosas que voy a criticar», apuntó.

En cualquier caso, defendió que pese a su situación la gente elige vivir en familia, el matrimonio sigue siendo el horizonte vital de muchos jóvenes, que éste se contrae con vocación de permanencia y que las mujeres sí quieren tener hijos aunque luego, por diversas circunstancias, no puedan cumplir ese deseo. «Somos la sociedad y los poderes públicos los que ponemos obstáculos políticos, económicos y culturales», añadió. A pesar de todo, Ruíz-Gallardón señaló que «nada ha podido acabar con la familia, porque es indestructible», si bien dijo que esta circunstancia «no puede instalarnos en la comodidad». «Tengo sentimientos contradictorios –continuó– frente a un discurso que suscribo, y que es que la crisis económica es la prueba de que la familia es imprescindible, pues es instrumento para garantizar la solidaridad humana, pero no debemos refugiarnos en ese concepto ante las ineficiencias de las administraciones públicas, porque podría devaluar el nivel de exigencia sobre ellas».

Por otra parte, el ex ministro de Justicia hizo un llamamiento a superar el miedo y a tener en cuenta los hechos tal y como son. Y es que, según afirmó, «nos enfrentamos a una sociedad que ha asumido como propias algunas teorías que están profundamente contradichas por la realidad, por los hechos cotidianos y que, por lo tanto, no podemos asumir. Esas teorías mal llamadas progresistas, porque no puede haber mayor expresión de la mentalidad progresista que la defensa del más débil».

Contradictorio, porque para Alberto Ruiz-Gallardón, estas ideas a las que se refería siempre han defendido a los más débiles, «al esclavo frente al dueño, al trabajador frente al patrono, a la mujer frente al hombre», una contradicción que se ha explicitado cuando «el mal llamado feminismo introdujo la idea de que cuando se produce un conflicto entre el más débil de todos, el no nacido, y la mujer, su madre, tiene que primar el derecho de la mujer». «Esas teorías nos están doblando la voluntad. No sólo tenemos que articular medidas, sino también fortalecer nuestro pensamiento y proclamarlo con orgullo», concluyó el ex ministro.