Opinión

Hacer compañía

Alrededor del 22% de los jóvenes también padecen soledad no deseada

Bustinduy anuncia la puesta en marcha de una Estrategia Nacional contra la Soledad: "Es una cuestión de bienestar"
Bustinduy anuncia la puesta en marcha de una Estrategia Nacional contra la Soledad: "Es una cuestión de bienestar"Europa Press

Llevo varios años forjando talleres de teatro, en la ONG «Caídos del Cielo», para personas en soledad no deseada; cuestión cada vez más apremiante por el inmenso número de semejantes que la sufren. No son sólo los mayores; también los jóvenes, alrededor del 22%, según los investigadores, la padecen. Y es tremendo, porque la soledad involuntaria suele condenarte a estar mucho tiempo en casa, y estos jóvenes se convierten en presas enjauladas viviendo con toda la energía física que tiene la juventud, el dolor de no poder disfrutarla. Siempre ha habido soledad, sin duda, recuerden a los poetas clásicos.

Y es que ese sentimiento atroz tiene mucho que ver con almas sensibles o mentes desconcertadas. Tanto como que estas gentes especiales caen más fácilmente en la depresión, mal que ataca a muchos hoy y que les hunde en el más negro sinvivir. ¿Cómo con una depresión no vas a sentirte solo? ¿Cómo con cualquier mal no comprendido vas a sentirte acompañado?

Pero queridos, esta soledad que nos invade ahora, y que ya alcanza cariz de pandemia, tiene mucho que ver con la forma de vida actual de los países desarrollados. Mundos donde el aislamiento es lo cotidiano, donde ya no hay tribu con la que mezclarse cuando así se desea, donde llamar a la puerta del vecino es un acto estrambótico. Mundos donde las conexiones son virtuales y no tienes cuerpo donde apoyar tu mano o tu beso. Es tanto el dolor que provoca este aislamiento que el Congreso ha pedido al gobierno que tome cartas en el asunto; ha sido unánime, y me alegro. Ojalá esa conformidad venga de saber que la vida da muchas vueltas, que ni siquiera el poder libra de ese desasosiego.

En «Caídos del Cielo» los solos bailan, se abrazan, ríen, se toman cervecitas al sol y, sobre todo, hacen teatro. Jóvenes y mayores se unen para actuar y dar a los otros lo mejor de sí mismos. Porque solo con un objetivo generoso y común se hace compañía.