El nuevo papa

Humanista, universal y cercano: tres rasgos para el sucesor

Religiosos españoles exponen a LA RAZÓN lo que les gustaría que primara en la elección del nuevo obispo de Roma

Maria Luisa Berzosa
Maria Luisa BerzosaJesús G. FeriaLa Razón

Si Francisco fue un Papa llegado del fin del mundo, el que le suceda podría decir exactamente lo mismo cuando se asome a la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro tras el esperado "Habemus Papam".

Francisco ha descentralizado el Colegio de cardenales para hacerlo más universal, más católico.

Los purpurados proceden de 71 países distintos, dando menos peso a Europa y más a los continentes asiático y africano. Algo proporcional con la vitalidad de la Iglesia en cada uno de ellos.

Los 133 cardenales que se encerrarán hoy en la Capilla Sixtina y elegirán al nuevo Papa tienen prioridades similares, pero también distintas. Estas varían dependiendo del lugar del que provienen y de su experiencia pastoral.

En este caso, la cultura y la geografía tienen mucho que decir. Aunque en la era de la Inteligencia Artificial muchos intentan predecir mediante las nuevas tecnologías el resultado de la elección, lo cierto es que las reuniones previas al Cónclave han servido a los propios cardenales para perfilar al nuevo cabeza de la Iglesia católica.

María Luisa Berzosa fue nombrada por Francisco consultora de la Secretaría General del Sínodo y es religiosa Hija de Jesús. Es consciente de que estos días de pre-cónclave «nos han permitido jugar con nuestros deseos, proyectos, esperas y esperanzas… y todo ello en medio del duelo por la muerte de nuestro querido hermano y pastor, Francisco".

"Mi deseo personal tiene el nombre de continuidad", asegura a este periódico. "Francisco nos puso delante la maduración del Concilio Vaticano II, en línea de renovación eclesial, para abrir la Iglesia al mundo actual".

Continuidad, no repetición

Pero, a su parecer, continuidad no es "repetición" puesto que "la persona de cada Papa es original e irrepetible, con su personalidad, formación, cultura, experiencia vital y espiritualidad".

El Pontífice que desea la religiosa "es el que necesitamos hoy como Iglesia para seguir abriendo futuro. Una persona con visión universal en su mente y sobre todo en su corazón, que sepa atender a las periferias, optando por los pobres, los migrantes, los descartados".

También "que contagie humanismo aprendido en la relación profunda con el Dios de la vida para acompañar el devenir de una Iglesia cada vez más en salida, samaritana, hospital de campaña, compasiva, como le gustaba decir a Francisco".

La que fuera consultora de la Secretaría del Sínodo de los obispos por expreso deseo de Bergoglio incide en la cercanía que debería tener el nuevo cabeza de la Iglesia.

"Un Papa pastor que camina junto a su pueblo inspirando esperanza, alegría, sentido del humor, y que esté más atento a la persona que a los protocolos". Todo ello "movido por el grito insistente a favor de la paz, dejándose tocar por cuanto sucede en nuestro mundo en este cambio de época, abriendo cuantas puertas sean posibles y creyendo vivamente en el Dios que no se cansa de perdonar, para que encontremos en la Iglesia entorno seguro, hogar de familia".

Para Aurelio Carrasquilla, Vicario para la Pastoral Caritativa y Social de la diócesis de Getafe, el nuevo Papa "tendría que ser alguien que pudiera convocar a su alrededor todas las sensibilidades de la Iglesia, lo que es muy difícil… que todo el mundo se sintiera cómodo con el sucesor de Pedro, a la vez que fuera un hombre con una formación teológica e intelectual importante, pero que no por ello dejara de ser un pastor".

Vestuario papal
Vestuario papalMiguel RosellóLa Razón

Contrapeso de los poderosos

"La imagen que a mí me gustaría es un Papa con una mano en Dios, otra mano junto al pueblo, sobre todo junto a los más vulnerables, y con los pies en el suelo", dice también.

Debe ser –prosigue– "un hombre que nos lleve a Dios, que señale a la vez que está preocupado por los más empobrecidos, por las situaciones más graves en nuestra sociedad, como la inmigración, la guerra, la paz; que tenga la capacidad de contrarrestar a la opinión pública digamos, de alguna forma, a los poderosos".

En este sentido añade que también debería ser "un hombre que defienda a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo".

Roberto, joven sacerdote, traza también su propio perfil del nuevo Papa: "Un hombre de Dios con un gran espíritu evangelizador, capaz de transmitir la profunda alegría del mensaje de Cristo a todo el mundo, con capacidad de asumir los nuevos retos actuales de la sociedad, donde está la Iglesia, gran conocedor del magisterio de la Iglesia y gran teólogo", describe.

Descripciones muy semejantes a los rasgos preferidos por los 173 cardenales que participaron ayer en la última congregación general preparatoria del Cónclave. "Constructor de puentes, maestro de humanidad", así como "un Papa de misericordia y esperanza" ante el contexto de violencia y polarización, señalaron.