Precariedad laboral
Una limpiadora explica cómo es su vida trabajando: "Cobro 300 euros al mes por tres portales, menos de cinco euros la hora"
La protagonista narra su experiencia desde la percepción que se tiene sobre su empleo. Además, establece una comparativo con el punto de vista del pasado
La precariedad laboral en España continúa siendo una preocupación central en el panorama económico y social. A pesar de algunas reformas recientes, muchos trabajadores siguen atrapados en empleos inestables con contratos temporales que dificultan el acceso a una vida digna. La temporalidad afecta especialmente a los jóvenes y a quienes trabajan en sectores como la hostelería o el comercio, donde la rotación constante y la incertidumbre forman parte del día a día. Esta situación debilita no solo las perspectivas individuales de progreso, sino también la calidad general del empleo en el país. Asimismo, este tipo de condiciones son extrapoladas a los distintos sectores, donde la parte baja de la pirámide paga los platos rotos.
A esta realidad se suma el crecimiento de un fenómeno cada vez más visible. Muchos trabajadores, aunque tienen empleo, no consiguen cubrir sus necesidades básicas debido a sueldos insuficientes y jornadas reducidas. Esta forma de vulnerabilidad, que no siempre se refleja en las estadísticas del paro, representa un desafío profundo para el modelo laboral español. Expertos y sindicatos coinciden en que, mientras no se garantice una mayor estabilidad en el empleo y se mejore la protección de los derechos laborales, será difícil avanzar hacia un mercado de trabajo justo y sostenible. En este sentido, uno de los oficios más antiguos, y a la vez más denostados por la sociedad, aúna varias de las características mencionadas: las limpiadoras.
Situándonos en el contexto mentado, gracias a uno de los últimos vídeos del influencer Jaime Gumiel, conocido en redes sociales por sus vídeos divulgativos y expositivos sobre distintas temáticas relacionadas con el trabajo y la sociedad, hemos podido acceder al testimonio de una trabajadora de la limpieza que ha explicado antes las cámaras las claves de su oficio con todo lujo de detalle. Si bien es importante resaltar los bajos salarios bajo los que operan estas empleadas, diversos factores como el hastío de la rutina, la perspectiva de futuro y las condiciones del lugar donde se ejerce la profesión resultan casi más destacables que el sueldo en cuestión, como consecuencia de su anomalía.
Un sector donde abunda la mujer
María José, de sesenta años de edad y familiar cercano del creador de contenido, lleva toda la vida trabajando en este sector y durante años ha notado un gran cambio en la forma de verlo por parte de terceros. En primera instancia, la trabajadora asegura que la rutina supone un reto debido a la monotonía de la misma. "Todos los días lo mismo, y hay veces que no tienes ganas. Aquí cualquier día te puedes encontrar cualquier cosa", esclarece la limpiadora en relación al desinterés y la desestima que muchos ciudadanos tienen con este sector, que no tienen en cuenta su labor. Por el contrario, con el paso de los años, sobre todo desde pandemia, el estatus de su trabajo ha ido adquiriendo otra dimensión en comparación con décadas atrás. "En los años 80 y 90 era lo peor que podías hacer en la vida", incide.
El sector de la limpieza ha sido históricamente cubierto por el género femenino. Según los datos que maneja Gumiel, en un recorrido histórico, la mujer ha desempeñado el 90% de los puestos, pero en la actualidad, esta cifra se divide algo más, llegando a suponer el 74% de la ocupación, frente al 26% de los trabajos ocupados por hombres. Respecto a esta variable, Maria José cuenta con una opinión formada en base a su experiencia. "Yo lo veo bien, hombre nos quitan un poco de trabajo a nosotras pero a mi me da igual", identifica para posteriormente indagar en un factor fundamental: "Lo que pasa es que los hombres no limpian como nosotras", sentencia.
Los paupérrimos salarios de las limpiadoras
"Yo cobro ahora mismo unos 300 euros al mes por los tres portales, pero es muy poco yo creo que deberíamos de cobrar más pero a ver", señala con cierta inconformidad pero afrontando su oficio de la manera que lo ha hecho durante años. Si descomponemos, el sueldo "la media estará en cinco euros la hora, o incluso menos", indica. Su jornada contempla un horario de entre tres y cuatro horas, dependiendo de la tarea a desempeñar en el día en cuestión. Otro aspecto que no se suele tener en cuenta, es el trabajo adicional remunerado. "Si tienes suerte puedes hacer horas extra y cobrar siete euros por hora, pero es muy difícil", agrega.