
Clase social
Las personas que crecieron en la riqueza tienden a exhibir estos 10 comportamientos cuando son adultos
Haber crecido en un entorno con estabilidad económica marca más que el acceso a ciertos lujos: moldea la personalidad, la visión del mundo y hasta la manera de relacionarse con los demás

El psicoterapeuta Barton Goldsmith, explica que la infancia funciona como un laboratorio emocional. Allí se forman no solo los hábitos, sino también la percepción del riesgo, la manera en que nos vinculamos con los demás e incluso cómo vemos las oportunidades. Cuando un niño crece sin la presión de la inestabilidad económica, desarrolla un tipo de seguridad interna que puede ser muy positiva… pero no está libre de efectos secundarios.
Diversos estudios añaden que los privilegios pueden crear tanto ventajas emocionales como sesgos difíciles de detectar. Por ejemplo, la exposición temprana a viajes o a círculos culturales amplía la visión del mundo, mientras que la falta de contacto con otras realidades puede reforzar la desconexión social o la exigencia extrema hacia uno mismo.
Comportamientos frecuentes en quienes crecieron con dinero
1. Seguridad en la toma de decisiones
Crecieron con un "colchón" financiero que les permitió equivocarse sin miedo a consecuencias graves, lo que se traduce en una mayor confianza en la edad adulta.
2. Visión global y mayor acceso cultural
Los viajes, la educación de calidad y la exposición a diferentes entornos les brindan una mentalidad más abierta.
3. Confianza en las instituciones
Al haber tenido acceso a buenos servicios, tienden a creer más en sistemas como la educación o la justicia.
4. Tendencia al emprendimiento o liderazgo
El capital social y económico les permite tomar riesgos calculados y aspirar a roles de mayor responsabilidad.
5. Relación relajada con el dinero
Al no haber vivido la inseguridad económica, no lo ven como una fuente constante de preocupación.
6. Desconexión con otras realidades
A veces les cuesta comprender los problemas financieros o laborales que enfrentan quienes no tuvieron las mismas oportunidades.
7. Exigencia desmedida hacia sí mismos y hacia otros
Haber crecido en entornos competitivos puede generar autoexigencia extrema o perfeccionismo.
8. Menor tolerancia a la frustración
La facilidad para acceder a recursos puede dificultar el manejo de situaciones adversas en la adultez.
9. Tendencia a valorar en exceso el estatus social
En algunos casos, la validación externa se convierte en un factor clave en su autoestima.
10. Dificultad para establecer relaciones genuinas
El miedo a ser valorados solo por su dinero puede generar desconfianza en sus vínculos personales.
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