Investigación

El manual para matar del presunto asesino de Gilgo Beach

Su disco duro escondía una planificación detallada para secuestrar, torturar y matar a prostitutas en esta zona cercana a Nueva York

Rex Heuermann, center, charged in the Gilgo Beach serial killings on Long Island, enters the courtrrom for a hearing at Suffolk County Court in Riverhead, N.Y.
Rex Heurmann entrando a juicioJames Carbone/ PoolNewsday via AP

La vida de Rex Heuermann bien podría ser el guion de una escalofriante producción de Hollywood. El arquitecto neoyorquino de 60 años que el verano pasado fue acusado de asesinar a varias trabajadoras sexuales en los años 80 y esparcir sus restos a lo largo de la costa de Gilgo Beach, está siendo ahora juzgado por la muerte de dos mujeres más. Durante su investigación de cerca de 18 meses, los fiscales han descubierto en un disco duro la mejor prueba con la que podrían contar en su causa acusatoria, un manual para "planificar metódicamente" sus asesinatos en el que Rex escribió anotaciones sobre cómo "mejorar la próxima vez", o «problemas» con los que se podía encontrar durante sus crímenes.

El documento de Word, guardado en un disco duro, fue creado en el año 2000, y estuvo modificándolo hasta el 2002. Su única finalidad era recoger todos los pormenores de los crímenes cometidos hasta la fecha para evitar ser cazado. Los fiscales lo describen como un "documento de planificación" que, estructurado en varias listas, explica aspectos como la importancia de consultar la meteorología antes de cometer el asesinato, o bien identificar todas las cámaras de videovigilancia que pueda haber en la zona elegida para cometer el crimen.

El archivo incluye otra lista mucho más sombría destinada a la zona de actuación. Detalla dónde cazar a su víctima y cuál es el "mejor escenario" para luego someterla a una tortura sexual.

Los métodos descritos con "detalles insoportables" de leer, según ha explicado Raymond A. Tierney, fiscal de distrito del condado de Suffolk, muestran que la "intención de Heuermann era específicamente localizar a estas víctimas, cazarlas, ponerlas bajo su control y matarlas". El meticuloso manual que Rex creó sugiere que sometió a sus víctimas a actos sexuales sádicos "antes y después de la muerte", detalla el informe de la investigación.

En el documento aparece otra columna de información que se centra en el cuerpo de la víctima y en cómo evitar dejar rastros sobre ella que puedan delatarlo. Por ejemplo, cómo "envolver" los cuerpos para transportarlos a la carretera costera donde hace un año fueron descubiertos por la policía. Precisamente un pelo en la manta que envolvía uno de los cadáveres fue determinante para dar con el presunto asesino.

Lo que para Rex era un manual del perfecto crimen, para la fiscalía es ahora una poderosa prueba que demostraría cómo el acusado vivía una doble vida. La mayor parte de su tiempo estaba al frente de un exitoso despacho en plena Quinta Avenida de Manhattan, y por la noche, sobre todo cuando sus hijos y esposa viajaban, se dedicaba a "cazar, torturar y matar" a sus víctimas en el sótano de la casa familiar situada en Massapequa Park, una de las urbanizaciones más populares del condado de Suffolk, a donde miles de neoyorquinos suelen viajar para disfrutar de sus playas durante el verano.

El abogado defensor de Rex no ha querido hacer declaraciones públicas después de que se descubriera este terrorífico manual, pero el diario "The New York Times" asegura que, en una conversación telefónica, Michael Brown "cuestionó la autoría del documento e insinuó que igual los fiscales podrían haberlo sacado de contexto, aunque necesitaba más tiempo para revisarlo".

El documento incluye también un recordatorio sobre "destruir archivos de computadora", pero hasta ahora el equipo tecnológico de la fiscalía ha podido recuperar la gran mayoría de los documentos.

Los investigadores continúan trabajando en los más de 350 dispositivos electrónicos que encontraron en el registro de su casa el año pasado y que contienen "una colección significativa de pornografía violenta". La primera fecha que aparece en las imágenes data de 1994.

Rex Heuermann, que permanece detenido desde que aparecieron los primeros cadáveres el verano pasado, siempre ha defendido su inocencia, a pesar de que la mayoría de las pruebas apuntan a lo contrario. En estos últimos meses, solo su abogado le ha visitado en prisión. Su mujer se divorció de él y sus hijos se niegan a verle. Está previsto que regrese a la corte el próximo 30 de julio para una audiencia de estatus y revisión del caso.