«Me gusta venir a Barcelona porque aquí todo vale»

El barrio de la Barceloneta, en la capital catalana, ha explotado. Contra el vandalismo, contra el turismo de borrachera, contra el gamberrismo, contra el «todo vale». Los vecinos llevan ya varios días protestando, aunque ayer parecían un poco más calmados. Fue una noche más tranquila que las anteriores, más que nada porque se incrementaron las patrullas de Mossos d'Esquadra y de Guardia Urbana.

Por lo menos no hubo gente joven entrando completamente desnuda en supermercados. En el fondo poca cosa ha cambiado. Hace pocos días, un joven extranjero, casi como si fuera un «okupa», hablando de la capital catalana, señaló eufórico que «me gusta venir aquí en Barcelona, porque todo vale, porque hay permisividad». Y los hechos le dan la razón.

No obstante, los vecinos no se conforman con más patrullas. Quieren orden y menos gamberrismo. Hasta ahora, el turismo de borrachera había sido noticia en Cataluña en localidades costeras, sobre todo en Lloret de Mar y Salou.

Pisos turísticos

Ahora la problemática se ha trasladado a Barcelona, una ciudad que cuenta con miles de apartamentos turísticos, de los que una pequeña minoría se encuentra en La Barceloneta, un barrio de apenas poco más de 20.000 personas.

El epicentro del barrio son el mercado y la plaza adyacente. Una dependienta, Rosa, explica que ha sido el peor verano en la historia reciente de la Barceloneta. «Estas calles se están llenando de maleducados», dice, antes de añadir que «es una vergüenza ver a gente desnuda por las calles», en referencia a los jóvenes que van a comprar sin ropa, en su mayoría ingleses o franceses.

El turismo «low cost» no gusta en el barrio y nos lo confirma Ana, una joven camarera que vive en La Barceloneta. «Los otros años no era así, ahora se ven más que nunca orines y vómitos por las calles», lamenta. Casi no reconoce el lugar donde vive, al igual que muchos otros vecinos, que siempre ha sido familiar, popular. «Son violentos, maleducados y se piensan que aquí puden hacer de todo», denuncian desde un supermercado del barrio.

La falta de regulación de los pisos turísticos ha llevado a esta situación en la Barceloneta. El Ayuntamiento se comprometió ayer a establecer más inspecciones a partir del lunes, pero los vecinos creen que es tarde. El barrio linda en tres de sus cuatro costados con el mar. Mucha playa, mucho turismo «barato» y mucha gente joven buscando alcohol y fiesta.

El problema no es nuevo, ni mucho menos. Los vecinos dicen que hace dos años que se denuncia. Diversas asociaciones vecinales lamentan que «el barrio se ha convertido en un parque turístico». Y, además, aseguran que mantendrán sus movilizaciones hasta hoy, pese a la mayor presencia policial y al aumento de inspecciones. El presidente de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, Oriol Casavella, consideró que las citadas medidas municipales son «un parche e insuficientes».

La Barceloneta es un barrio muy atractivo para los jóvenes turistas «hooligans». Los precios no son caros, al ser un barrio de clase popular, pese a hallarse a escasos metros del mar. Da la sensación de que muchos turistas «low cost» se han trasladado desde la Costa Brava o la Costa Dorada hasta esta zona. La Barceloneta corre el riesgo de convertirse en una nueva Magaluf, en las Islas Baleares, paraíso del turismo de borrachera, del gamberrismo y del sexo fácil. Pero los vecinos del barrio están en pie de guerra y lo quieren evitar.

A la espera de reuniones con concejales del distrito, los vecinos denuncian que mucha gente ha abandonado el barrio por todos los problemas citados. Su punto de vista indica que todo está enfocado hacia el turismo, que por si fuera poco ha degenerado en los últimos años, derivando en la polémica actual.

Vecinos de la Barceloneta observan últimamente a gente desnuda entrando a comprar en los supermercados, jóvenes turistas vomitando en cualquier esquina y orinando.

«Problema de fondo»

Un comunicado vecinal insiste en que «la cosa no se arregla con más Policía». Dirigido a la concejal del distrito, Mercè Homs (CiU), el texto dice que «el problema es más de fondo, le estamos diciendo que el barrio no puede más».

Además de la permisividad con los clubes de cannabis y las casas «okupas», ahora Barcelona tiene el dudoso honor de ser el nuevo paraíso del turismo de borrachera. Lo corroboran testigos recogidos por este diario. «Estamos todo el día de juerga, las 24 horas, y nadie nos dice nada», dijo un joven. Un discurso casi idéntico al que llevan años manifestando antisistema de media Europa respecto a Barcelona.

Pisos turísticos vigilados

- El Ayuntamiento de Barcelona activará a partir del lunes tres equipos para inspeccionar los pisos turísticos del barrio de la Barceloneta sin necesidad de recibir previamente una queja, después de que los vecinos se hayan movilizado contra las molestias provocadas por el turismo de borrachera. Por su parte, el líder del PP en el Consistorio, Alberto Fernández, criticó que el alcalde, Xavier Trias, no se haya pronunciado tras las movilizaciones de los vecinos.

El turista inglés,el más fiel a las costas españolas

España se mantiene en los primeros puestos del «top ten» de los países que reciben más turistas extranjeros, como reflejan los últimos datos que hizo públicos el Ministerio de Industria, Energía y Turismo ayer. Entre enero y julio de este mismo año, a nuestro país han llegado más de 36 millones de extranjeros, un 7% más que el año pasado y que convierten este dato en récord histórico. Reino Unido sigue siendo el principal emisor. Le siguen Alemania y los turistas franceses, éstos últimos son los que más han subido. Cataluña se mantiene como la comunidad más visitada, aunque la siguen de cerca Baleares y Canarias. Como ya habían anticipado algunas líneas aéreas, el aeropuerto es la principal entrada de estos turistas y las compañías «low cost» mantienen su liderazgo. Aunque los hoteles sigue siendo la opción preferida por el 42,7% de los viajeros, el porcentaje que opta por el piso de alquiler ha subido hasta el 13,6% y la opción de la casa familiar supera el 19%.