
Educación
La PAU arranca para 320.000 alumnos: más homogénea en forma, pero con desigualdades de fondo
En un intento por recortar desigualdades se ha fijado límite de faltas de ortografía, el tipo de preguntas y la optatividad, pero los contenidos siguen siendo desiguales
Cerca de 320.000 alumnos se presentan este año al nuevo modelo de Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) que arranca mañana en toda España y durará hasta el día 5. Esta coincidencia en el calendario es uno de los pasos que se han dado en el intento de abordar a la hasta ahora también llamada EBAU o selectividad común en toda España. Solo Canarias (se celebra del 4 al 7 de junio) y Cataluña (del 11 al 13) se salen de estas fechas, mientras que en la Comunidad Valenciana, de manera excepcional, los alumnos afectados por la DANA tendrán su convocatoria ordinaria entre el 1 y el 3 de julio.
La prueba que arranca mañana, que introduce una estructura más clara y competencial, intenta recortar desigualdades, aunque los alumnos siguen examinándose de contenidos desiguales. El modelo que se aplica este año, sin ser una selectividad común en toda España, pretende armonizar criterios después de los acuerdos alcanzados entre todas las Comunidades autónomas en el seno de la Conferencia de Rectores (CRUE). De esta manera, los exámenes tendrán un 20% mínimo de contenido competencial, la prueba tendrá optatividad intrabloques, habrá criterios de corrección comunes y límite de faltas de ortografía.
No obstante, "aunque ha habido pasos que han mejorado la prueba y se han recortado desigualdades no se llega al fondo del problema porque, por ejemplo, hay diferencias en la optatividad en las preguntas de tal manera que, cuanta más haya, más fácil será para un alumno", explica Ana Losada, de la plataforma Escuela para Todos. Para Losada, la clave está en los contenidos porque "hay autonomías en las que no se pregunta por determinado temario nunca, y eso hace que los alumnos no lo estudien, lo que les da ventaja sobre los de otras autonomías".
Límite de faltas de ortografía:
Se podrán quitar hasta dos puntos por faltas de ortografía en Lengua Española y Literatura y un punto en el resto de las materias. También se podrá quitar medio punto al alumno por los errores en la redacción, en la presentación, falta de coherencia, falta de cohesión, incorrección léxica e incorrección gramatical se podrá deducir un máximo de medio punto.
Tipo de preguntas
El acuerdo alcanzado es que las materias de carácter competencial a las que se tendrán que enfrentar los alumnos serán un máximo de un 20-25%. Se trata de preguntas en las que un estudiante no tiene que reproducir íntegramente un contenido, sino que se trata de poner en contexto lo aprendido y que reflexiones a partir de los conocimientos que ha adquirido demostrando su habilidad de conexión de ideas, pensamiento crítico...Para este tipo de preguntas no hay una sola respuesta, sino que cada alumno construye la suya tratando de aplicar lo que sabe, de tal manera que se valorará el proceso de razonamiento y la exposición del resultados.
Optatividad
La nueva PAU deja atrás el modelo Covid, con el que cada alumno podía hacerse un examen "a la carta" y elegir las preguntas que mejor se sabía. A diferencia de lo que ocurría en estos últimos años, ahora los alumnos tendrán que estudiarse toda la materia. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid se ha decantado por la "optatividad intrabloques" de tal manera que se podrá elegir entre diferentes apartados de una misma pregunta. La comisión organizadora de la prueba en Madrid considera que esta fórmula es la que puede causar menor impacto en los alumnos para así evitar pasar de la máxima optatividad a ninguna y a la par cumplir la normativa estatal que regula la prueba.
Cada materia tendrá un único modelo con distintos apartados y preguntas, que podrán ser cerradas, semiconstruidas o abiertas. Al menos un 70% del valor de cada prueba se basará en preguntas abiertas o semiconstruidas, donde el alumnado deberá demostrar creatividad, pensamiento crítico y capacidad de análisis.
Las tareas estarán contextualizadas en entornos reales y próximos a la vida del estudiante, y se valorará especialmente la producción escrita coherente, correcta y bien estructurada. La nota final de acceso a la universidad se obtendrá mediante la media ponderada del 60% de la nota media de Bachillerato y el 40% de la calificación de la prueba de acceso.
Contenidos desiguales
Al margen de estas cuestiones de organización y corrección de la prueba en las que se ha conseguido una mayor armonización, resulta imposible que todos los alumnos de España se examinen de los mismos contenidos. Las competencias en educación las tienen las comunidades autónomas y, aunque el 60% de lo que estudian los alumnos lo marca el Ministerio de Educación y FP, el 40% lo deciden las autonomías, un porcentaje que en las Comunidades con lengua propia llega al 50%. De esta manera, cada comunidad autónoma tiene un currículo diferente o hay contenidos que se estudian en unas regiones y en otras no. En el caso de Madrid, los alumnos se examinarán de los contenidos que están establecidos desde hace dos años.
Prueba común, el año que viene
No obstante, las universidades españolas ya tienen una propuesta de Prueba de Acceso a la Universidad común para el curso que viene, una idea sobre la que el PP hizo bandera política en materia de educación y una asignatura que siempre ha estado pendiente. La propuesta de PAU para el año que viene que armoniza estructura, criterios de corrección y enfoque competencial en 30 de las 35 materias que son objeto de examen, aunque se da por hecho que para el año que viene haya acuerdo en todas las asignaturas. Ahora, las diferentes comunidades autónomas tendrán que valorar la propuesta y adherirse o no.
Aunque las preguntas no serán iguales para todos los alumnos, sí que se trata de conseguir modelos armonizados, de tal manera que aunque las preguntas no sean idénticas, sí se apliquen criterios y niveles similares.
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