Religión

Los obispos, a Sánchez: «Cosa las heridas de sus pactos»

El cardenal Omella insta al líder socialista a moverse dentro de la Constitución y en el consenso social

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella (c), preside la 123 Asamblea Plenaria este lunes en Madrid.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella (c), preside la 123 Asamblea Plenaria este lunes en Madrid. Aitor MartínAgencia EFE

Al presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, no le van las confrontaciones directas. No porque huya del conflicto, sino porque es un convencido de la llamada «cultura del encuentro» que abandera Francisco. Esto es, que la Iglesia no puede colaborar en aumentar los decibelios de la crispación social, sino rebajarlos. Secunda estos postulados del pontífice porteño y en su entorno se habla del «estilo Omella» que busca contagiar entre los obispos españoles. En sus coordenadas pastorales también encaja el convencimiento de que la Iglesia no puede afiliarse a ningún partido y que ninguna sigla política se apodere de las sacristías.

Este lunes lo rubricó en la apertura de la Asamblea Plenaria de otoño, en la que evitó cualquier exabrupto sobre la amnistía y sus alrededores, como sí han verbalizado algunos prelados españoles. Sin embargo, esto no le impidió mandarle un recado al recién investido Pedro Sánchez sin tan siquiera pronunciar la palabra amnistía ni citar a Puigdemont.

«Confío en que el nuevo presidente del Gobierno de España, recientemente investido, trabaje activamente con el conjunto de todas las fuerzas políticas para recuperar la cohesión social y dedique todas sus fuerzas a coser las heridas sociales que han provocado algunos de los recientes pactos de investidura», expresó en el discurso inaugural del foro en que los obispos españoles debaten durante una semana de lo divino y lo humano, esto es, de los asuntos pastorales, pero también de cómo posicionarse ante las encrucijadas del mundo exterior. El arzobispo de Barcelona expresó cuáles deben ser las coordenadas en las que debería moverse el inquilino de la Moncloa: la Carta Magna.

«Todos los pactos son lícitos -apuntó Omella- en la medida que respeten el ordenamiento jurídico, el Estado de Derecho, la separación de Poderes de nuestra democracia, aseguren la igualdad de todos los españoles y garanticen el equilibrio político, económico y social que nos hemos dado los españoles en la Constitución de 1978, que culminó el intenso camino de la Transición». Además, le recomendó al presidente del Ejecutivo que, además de lograr los votos del Congreso, debería lograr «el apoyo de una mayoría muy cualificada de la sociedad, como establece la propia Constitución». En esta misma línea, compartió que «de no ser así, tales pactos solo conducirán a una mayor división y confrontación entre los españoles».

El purpurado no solo miró a la carrera de San Jerónimo y a Ferraz en su alocución, sino que lanzó un mensaje a los católicos sobre cómo resituarse en medio de este enjambre, aunque también podría interpretarse como una consigna para sus compañeros de mitra y báculo: «Que nuestra astucia o prudencia –que no ha de ser entendida como equidistancia– esté dirigida a construir puentes en lugar de muros, a sanar en lugar de herir. Y que nuestra sencillez sea un faro de luz en un mundo que a menudo se enreda en la complejidad». Para dejárselo aún más claro a los obispos, echó mano del célebre consejo que dio Jesús a sus discípulos: «Sed astutos como serpientes y sencillos como palomas». Traducido al lenguaje de hoy, solicitó a sus compañeros de bancada que pongan en primer plano valores como «la prudencia», «la sabiduría» y «la compasión» para ser a la vez «inteligentes y perspicaces», «cautelosos y conscientes de nuestro entorno» para «comprender las complejidades de la vida y tomar decisiones informadas».

El propio Omella reclamó a sus hermanos obispos estar «más unidos que nunca», y se llegó a defender de forma implícita de los sectores católicos que consideran su manera de actuar como un buenismo ingenuo. «La sencillez no implica debilidad, sino más bien la fortaleza de permanecer fieles a nuestros valores y principios, incluso en medio de las adversidades», sentenció ante el auditorio uno de los colaboradores de referencia de Francisco en España, sentado en el estrado principal y flanqueado por el recién nombrado cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, que un día antes se manifestó en la misma línea en la misa dominical de Televisión Española.

Con este marco de convivencia establecido por el presidente de los obispos, Omella sumó a las peticiones gubernamentales algunas de las reivindicaciones que lleva adosadas a su compromiso personal con la Doctrina Social de la Iglesia. A saber, reclamó soluciones reales para los 11 millones de españoles que viven en la pobreza, a la soledad de los adolescentes y a las penurias de los migrantes.