Salud

La obsesión por la comida sana puede producir trastornos

Las consecuencias negativas "están creciendo de manera especial en jóvenes y personas menores de 45 años", afirma una experta

Plato de comida sana
Plato de comida sanalarazon

La jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Infanta Elena, la doctora Teresa Montoya, ha alertado de los peligros de la ortorexia, un trastorno por el que las personas afectadas tienen una obsesión patológica por la alimentación saludable, lo que conlleva riesgos de desarrollar trastornos de conducta alimentaria (TCA) y de padecer un alto grado de estrés y ansiedad.

Además, alerta, pueden asociar anemias, carencias de micronutrientes y osteoporosis, entre otros efectos. "Es un trastorno psicológico complejo que puede derivar en determinadas consecuencias negativas para la salud física y mental y que requiere de intervención profesional especializada e integral", explica Montoya, quien advierte, además, que su prevalencia "está creciendo de manera especial en jóvenes y personas menores de 45 años", informa Ep.

En su esencia, la ortorexia representa una forma extrema de control sobre la dieta, en la que el individuo se convierte en esclavo de reglas alimenticias cada vez más restrictivas. Un comportamiento que "puede resultar en una serie de consecuencias negativas para la salud física y mental", advierte la jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del hospital valdemoreño.

Así, desde una perspectiva física, este trastorno alimenticio puede conducir a deficiencias nutricionales debido a la exclusión de grupos enteros de alimentos considerados "no saludables". "La restricción dietética excesiva puede provocar desequilibrios en vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales para el cuerpo humano", continúa la especialista.

Concretamente, este trastorno en estudio, todavía no publicado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM5) y que se está valorando si enmarcar entre los trastornos alimentarios o entre los obsesivos y cuya definición, ortorexia, se acuñó a finales del siglo XX -durante el auge social de la salud y wellness- por el médico Steven Bratman, ha ganado relevancia en los últimos años porque está aumentando entre los jóvenes.

A este respecto, numerosos estudios han analizado los patrones alimentarios de jóvenes y adolescentes demostrando que, a pesar de tener normo peso, realizan dietas para perder peso. "Hoy en día se impone la delgadez como sinónimo de éxito social; vivimos en una sociedad muy expuesta a las redes sociales que están modificando nuestro habito alimentario y existen numerosas dietas en el mercado disfrazas de estilo de vida saludable que indicen a patrones rígidos de alimentación", denuncia la especialista.

La obsesión por la pureza de los alimentos puede generar una disminución en la ingesta calórica, lo que puede resultar en pérdida de peso no deseada e incluso desnutrición". Adicionalmente, los efectos de la ortorexia no se limitan únicamente al aspecto físico.

Cifras en aumento

Así, la ortorexia puede afectar aproximadamente al 1-3 por ciento de la población general, según sugieren algunos estudios que advierten, sin embargo, que esta cifra va en aumento y puede ser considerablemente mayor en ciertos grupos demográficos, como los atletas o aquellos con trastornos alimenticios previos.

Sin embargo, como comenta la doctora Montoya, es importante destacar que "esta cifra puede no ser representativa de toda la población española y que se necesitan más investigaciones para comprender completamente la prevalencia de este trastorno en el país".

Por otro lado, Montoya señala que, "desde el punto de vista psicológico, esta condición puede causar ansiedad extrema, estrés y aislamiento social". "Quienes la sufren a menudo experimentan una sensación de culpa abrumadora cuando se ven obligadas a comer alimentos que consideran "no saludables"; esta preocupación obsesiva por la calidad de los alimentos puede dominar sus pensamientos y afectar negativamente su calidad de vida en general", dice.

En España, la investigación sobre la prevalencia de la ortorexia es limitada, pero también está creciendo motivada por aumento de su afectación a un porcentaje cada vez mayor de la población. En este sentido, un estudio realizado en 2012 concluyó que aproximadamente el 6,8 por ciento de los estudiantes universitarios españoles mostraba síntomas de ortorexia.

Al tratarse de un trastorno psicológico complejo, la ortorexia requiere intervención profesional, especializada e integral que generalmente implica terapia cognitivo-conductual para abordar los patrones de pensamiento distorsionados y ayudar al individuo a desarrollar una relación más equilibrada y saludable con la comida.