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Curiosidades

Países europeos en los que escapar de cárcel no es delito

Esta peculiaridad legal se basa en la idea de que el deseo de libertad es una reacción humana natural

Países europeos en los que escapar de cárcel no es delito La Razón

En el complejo panorama legal de Europa, cada país establece sus propias normas respecto a la justicia penal, lo que genera notables diferencias entre fronteras. Uno de los aspectos más curiosos y menos conocidos del derecho penal europeo es que, en algunos países, escapar de la cárcel no se considera un delito en sí mismo. Esta peculiaridad legal se basa en la idea de que el deseo de libertad es una reacción humana natural, lo que hace que, en ciertos casos, el intento de fuga no sea penalizado con cargos adicionales.

Aunque pueda parecer sorprendente, esta visión más humanista del sistema penitenciario no es tan rara como podría pensarse. En algunos países europeos, las leyes reconocen que, mientras el prisionero no dañe a nadie ni cometa otros delitos durante su fuga, simplemente intentar escapar no debería suponer una infracción adicional.

Países donde escapar de la cárcel no es delito

Según el mapa proporcionado por la cuenta de Tik Tok @pueblosdaily, los países europeos donde escapar de la cárcel no constituye un delitoson:

  • Alemania
  • Austria
  • Suiza
  • Países Bajos
  • Bélgica
  • Suecia
  • Dinamarca
  • Islandia

En todos estos países, aunque el intento de fuga no se considera delito, sí puede conllevar consecuencias prácticas, como la pérdida de beneficios penitenciarios, vigilancia más estricta o traslado a una prisión de mayor seguridad.

¿Por qué algunos países no castigan el intento de fuga?

La razón detrás de esta legislación poco común reside en una perspectiva más rehabilitadora y empática hacia los reclusos. Se parte de la premisa de que el instinto de buscar la libertad es inherente al ser humano, y no debería ser penalizado si no conlleva violencia ni daños. Este enfoque también refleja un sistema penitenciario orientado a la reintegración social, más que a la retribución o el castigo prolongado.

Además, las autoridades en estos países han observado que penalizar el intento de fuga no necesariamente disuade a los prisioneros de intentarlo, y puede generar más tensión dentro del sistema penitenciario. En cambio, optar por una política menos punitiva ayuda a mantener la estabilidad en las cárceles y a promover un clima más humano y gestionable.