
Brote de hepatitis A
Casi 1.000 casos de hepatitis A en Francia desde enero reavivan la alerta sanitaria
La propagación del virus en ciudades como Lyon y Nantes resulta inusual por afectar también a la población general y no solo a los grupos de riesgo más comunes

Las autoridades sanitarias francesas han confirmado casi 1.000 casos de hepatitis A desde comienzos de año, una cifra que iguala la registrada anualmente antes de la pandemia. Los focos más preocupantes se concentran en Lyon y Nantes, donde los brotes presentan patrones de transmisión aún poco claros y fuera de los grupos de riesgo tradicionalmente expuestos.
El Ministerio de Salud ha advertido a finales de agosto que, por ahora, no se ha logrado identificar una causa concreta que explique el aumento de infecciones. En el departamento del Ródano, se han contabilizado 111 casos desde enero, la mayoría de ellos en el distrito 7 de Lyon. Expertos del Centro Nacional de Referencia señalan que uno de los factores más llamativos es la propagación del virus entre la población general, en lugar de permanecer restringido a colectivos de riesgo, como es habitual.
Los datos confirman una tendencia creciente desde 2022, tras la caída de casos durante la pandemia debido a las medidas de higiene y confinamiento. Solo en 2025, los contagios ya han alcanzado un millar, una cifra similar a la media anual antes de la COVID-19, y los especialistas prevén que podrían duplicarse de aquí a final de año. La Agencia Europea de Salud ha señalado que este fenómeno también se observa en otros países del continente.
Causas de preocupación y prevención ante los brotes
La hepatitis A es una infección viral que afecta al hígado y puede ocasionar fatiga intensa, trastornos digestivos y, en muchos casos, ictericia que es la culpable del tono amarillento en la piel. Aunque en Lyon y Nantes no se han reportado fallecimientos, varios pacientes han necesitado hospitalización. El virus, presente en restos fecales, se transmite por contacto directo o a través de alimentos y agua contaminados. No obstante, en los brotes recientes no se ha identificado un único origen, lo que apunta a una combinación de distintos modos de transmisión.
En Nantes, se han registrado más de 90 casos desde abril, de los cuales una gran parte corresponde a personas que no pertenecen a grupos tradicionalmente considerados de riesgo. Tanto en Lyon como en esta región, las autoridades locales han destacado el carácter “multifactorial” de los contagios. Francia no es un país endémico para el virus, por lo que en la mayoría de los casos la introducción ocurre a través de viajeros extranjeros y, posteriormente, puede extenderse en entornos vulnerables o mediante contactos directos. Actualmente, la propagación entre población sin perfil de riesgo aumenta la preocupación de las autoridades.
La vacuna contra la hepatitis A se recomienda en grupos específicos, como personas con patologías hepáticas, viajeros a países con alta circulación viral o determinados colectivos. Las autoridades insisten también en medidas básicas de prevención: higiene de manos, lavado de alimentos y notificación obligatoria de casos. Dado que los picos suelen alcanzarse entre septiembre y octubre, la vigilancia epidemiológica seguirá reforzándose durante las próximas semanas.
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