Hogar
Sin papel de aluminio ni bolsas normales: el truco infalible para congelar el pan sin que pierda su sabor ni textura
Una solución ideal para quienes cuidan tanto el planeta como su paladar
Congelar el pan de forma correcta puede marcar la diferencia entre disfrutar de una rebanada crujiente o una masa gomosa e insípida. Ahora, un método sencillo y sostenible está revolucionando las cocinas: sin papel de aluminio ni bolsas plásticas convencionales.
En tiempos donde el desperdicio de alimentos y el uso excesivo de plásticos son preocupaciones crecientes, se ha popularizado un truco tan simple como efectivo para conservar el pan en el congelador sin alterar su sabor ni su textura original. ¿La clave? Utilizar envoltorios de tela encerada (beeswax wraps) o papel de hornear combinado con un recipiente hermético.
Este método permite al pan “respirar” lo justo para evitar la humedad excesiva —principal enemiga de la textura crujiente—, mientras lo protege de las quemaduras por congelación y la absorción de olores del congelador. Además, al evitar el papel de aluminio y las bolsas plásticas de un solo uso, se reduce el impacto ambiental.
Cómo hacerlo paso a paso
- Deja enfriar el pan completamente si está recién horneado. Congelar pan caliente forma cristales de hielo que arruinan su textura.
- Envuélvelo en papel de hornear o una tela encerada reutilizable, ajustando bien para evitar la entrada de aire.
- Colócalo dentro de un recipiente hermético, como un táper o caja de vidrio con tapa.
- Etiqueta con la fecha y congélalo. Así se conserva en óptimas condiciones durante unas 3 a 4 semanas.
Al momento de consumirlo, basta con dejarlo a temperatura ambiente o pasarlo unos minutos por el horno para que recupere su corteza dorada.
Este truco no solo alarga la vida útil del pan artesanal o casero, sino que lo mantiene como recién hecho, sin necesidad de plásticos ni métodos agresivos. Una solución ideal para quienes cuidan tanto el planeta como su paladar.