
Conducción
¿Qué significan los tapones verdes en las ruedas del coche? No es muy habitual
Esta práctica, relativamente común en sectores como la aviación o la competición, ha ido llegando poco a poco a talleres y centros de mantenimiento para turismos

Si alguna vez has aparcado junto a un coche y has visto que los tapones de las válvulas son de color verde, seguramente te habrás preguntado qué tienen de especial. La mayoría de vehículos circula con los típicos tapones negros de plástico, discretos y baratos. Algunos conductores los sustituyen por tapones metálicos, que, precisamente por resultar más vistosos, suelen ser objeto de pequeños hurtos: son fáciles de desenroscar y no requieren forzar nada del vehículo.
Sin embargo, los tapones verdes juegan en otra liga. Llaman la atención porque todavía no son muy habituales y, a simple vista, muchos conductores piensan que forman parte de una personalización más del coche. En realidad, su función es avisar de que esas ruedas no están infladas con aire normal, sino con nitrógeno.
Esta práctica, relativamente común en sectores como la aviación o la competición, ha ido llegando poco a poco a talleres y centros de mantenimiento para turismos.
Ventajas del inflado con nitrógeno
Los defensores del inflado con nitrógeno apuntan a varios beneficios frente al aire convencional:
- Presión más estable: El nitrógeno se ve menos afectado por los cambios de temperatura. Eso significa que la presión del neumático varía menos cuando el coche pasa, por ejemplo, de estar aparcado a la intemperie en invierno a rodar varios kilómetros por autovía. Mantener la presión correcta durante más tiempo se traduce en mayor estabilidad del vehículo, mejor agarre, especialmente en curvas y frenadas, y desgaste más uniforme de la banda de rodadura.
- Desinflado más lento: Las moléculas de nitrógeno son algo más grandes que las del oxígeno, por lo que les cuesta más atravesar las pequeñas porosidades del neumático. En la práctica, la pérdida de presión suele ser algo más lenta, lo que reduce la frecuencia con la que hay que revisar e inflar.
- Menos oxidación y menor riesgo de combustión: Al inflar con nitrógeno se reduce la presencia de oxígeno y humedad en el interior del neumático. Eso ayuda a limitar la oxidación de la goma y de los posibles componentes metálicos internos.
Los inconvenientes
- No se puede rellenar en cualquier sitio: Mientras que el aire comprimido está disponible en prácticamente todas las estaciones de servicio, el nitrógeno requiere equipos específicos. Para inflar o reajustar la presión hay que acudir a un taller o centro que ofrezca este servicio.
- Mayor coste: Otra diferencia clara está en el bolsillo. El inflado con aire suele ser gratuito o muy barato en las estaciones de servicio, mientras que el nitrógeno se cobra como un servicio adicional. En muchos talleres, el precio ronda los 3 a 5 euros por rueda, tanto para el primer llenado como para posteriores ajustes.
El inflado con nitrógeno puede tener sentido en vehículos que trabajan con cargas elevadas, recorren muchos kilómetros al año o necesitan una estabilidad máxima de prestaciones. En un turismo de uso cotidiano, las ventajas existen, pero no siempre compensan la menor disponibilidad del servicio y el mayor coste.
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