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Sarampión, cólera o malaria: las otras enfermedades que matan al Congo

Sanitarios que trabajan en la zona en la que se propaga el último brote de ébola alertan de la presencia en el país de otras enfermedades con una mayor tasa de mortalidad

Sarampión, cólera o malaria: las otras enfermedades que matan al Congo
Sarampión, cólera o malaria: las otras enfermedades que matan al Congolarazon

Sanitarios que trabajan en la zona en la que se propaga el último brote de ébola alertan de la presencia en el país de otras enfermedades con una mayor tasa de mortalidad

51 nuevos casos -en los que se incluyen 27 muertes- son los que ha dejado hasta ahora el último brote de ébola en la República Democrática del Congo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Enfermos que han vuelto a llevar al país africano a los titulares de la prensa de todo el mundo, pero que no son los que más preocupan a los sanitarios que trabajan sobre el terreno de este país.

La mallorquina Victoria Braquehais es una de ellos. Asegura que no está preocupada por el ébola y coincide con los expertos en que las grandes distancias en términos de transporte que existen en Congo hacen casi imposible que el brote que se extiende por la provincia del ecuador del país llegue a Kaneze, la región del sur en la que trabaja esta misionera de la Congregación de la Pureza de María.

El pasado lunes arrancaba una vacunación masiva a la población más expuesta a la letal fiebre hemorrágica, una medida que no hace más que aumentar la tranquilidad de Braquehais. “Es verdad que necesitamos ayuda internacional, pero Congo tiene mucha experiencia con el ébola y aquí no tenemos miedo”.

La española llama a poner el objetivo de los titulares sobre otras enfermedades como el cólera, el sarampión, la malaria (vinculado a casos de malnutrición) o los riesgos que corren las mujeres durante los partos y cuya tasa de mortalidad en África es muy superior a la del ébola.

“El cólera que estaba a 300-400 kilómetros ha acabado con la vida de miles de personas en Congo. Dos casos de sarampión en el poblado provocaron hace tres años una epidemia en la que una familia perdió a todos sus hijos en una semana. El ébola es peligroso, claro, pero estas enfermedades son las que hacen que en las calles hayan filas de féretros de niños”, relata.

En lo que se refiere al ébola, la religiosa añade que mantener la cadena de frío que precisan las vacunas se convierte en una misión prácticamente imposible en países en los que pueden llegar a tardarse más de doce horas en recorrer 90 kilómetros en un jeep. Otros países próximos al epicentro del brote como República Centroafricana, República del Congo, Angola, Burundi, Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania y Zambia, ya están tomando medidas para frenar su propagación.

Braquehais termina su conversación con LA RAZÓN desde Congo recordando que la propagación del ébola “tiene más de educación de lo que parece”. Se refiere la española a educación en normas de higiene o de cómo crear una vivienda digna que, explica, son “asuntos que realmente bajan las tasas de mortalidad”. Tampoco ayuda, añade, el difícil momento político que atraviesa el país: “el presidente no se puede presentar a un tercer mandato y el país se cae porque nadie lo está liderando”.