Cada año se interponen de media 300 denuncias por secuestro parental.

Cada vez que un hijo llega tarde a casa los padres se preocupan. La desesperación va en aumento a medida que pasan las horas. En el caso de los padres de menores desaparecidos ese desasosiego, ese sentimiento de estar muerto en vida, no cesa.

«En España hay 2.749 casos activos de menores desaparecidos, 17 de ellas de alto riesgo (7,7%)», informó ayer José Antonio Nieto Ballesteros, secretario de Estado de Seguridad, del Ministerio del Interior, durante la presentación del informe del Teléfono ANAR para Casos de Niños Desaparecidos. El 46,34% de estas desapariciones son adolescentes que se fugaron de centros de acogida de menores.

Entre 2010 y 3 de mayo de este año, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han recibido «154.301 denuncias por desaparición de personas, siendo 31.445 de menores de edad; es decir, el 20,37% de los casos. Permanecen activas 6.801 denuncias, de ellas el 40,29% de los expedientes que siguen activos son de menores y 17 casos son de alto riesgo», explicó Nieto.

Aunque no se precisó cuantos de estos casos son de menores desaparecidos por secuestro parental, Jaime Cereceda, teniente coronel de la Guardia Civil y director del Centro Nacional de Desaparecidos, explicó tras la rueda de prensa a este periódico que se interponen «300 denuncias al año de media por sustracción parental».

Menores desaparecidos, fugados, secuestrados por uno de los progenitores, por terceros con fines criminales... todos y cada uno de estos casos son importantes porque detrás hay una familia rota. De ahí que la labor de búsqueda no cese, de hecho «en lo que va de año se han resuelto más de 5.000 casos de menores por lo que estamos en el camino adecuado», destacó Nieto.

Teléfono 116 000

El teléfono europeo que gestiona la Fundación ANAR en España, el 116 000 (el mismo en toda la UE) brinda apoyo tanto a los menores fugados como a los familiares de niños desaparecidos. El año pasado 1.889 llamadas, un 62,2% más que en 2016. «Estas llamadas se corresponden a 558 casos de desapariciones de niños», precisó Benjamín Ballesteros, director de Programas de la Fundación ANAR. Según esta organización, en 2017 atendieron 446 casos de fugas de menores, tanto de instituciones públicas como de su propio hogar. Esto supone un aumento del 124,1% respecto a 2016. De hecho, el 79,9% de las llamadas recibidas el año pasado fueron sobre desapariciones de menores fugados por situaciones de violencia o abuso en casa, afirmó Diana Díaz, directora del Teléfono ANAR. Le siguen los casos de sustracción parental (7,5%), menores expulsados del hogar (6,5%), por desaparición o accidente (4,5%), menores extranjeros no acompañados (0,9%) y secuestro por parte de terceros con fines criminales (0,7%).

Juan Carlos Quer, padre de la joven Diana que fue asesinada, cerro el acto pidiendo que «la Ley Integral contra la Violencia a la Infancia que se está tramitando jamás olvide a los desaparecidos ni a sus familiares». «Esto nos puede pasar a todos. Yo jamás pensé que me pudiera tocar a mí. Es una ruleta terrible. En España desaparecen 22.000 personas al año y dos tercios son menores de edad, y hay un porcentaje pequeño pero relevante de situaciones de desapariciones con resultado de tragedia. Desde mi experiencia les puedo asegurar que la denuncia tiene que ser inmediata porque las 24 o 48 primeras horas son esenciales para la investigación policial».