
Domingo de Ramos
La Semana Santa más imprevisible: ¿Reaparecerá el Papa?
Tras la audiencia a los reyes de Inglaterra y la escapada a la basílica de San Pedro, Francisco podría participar por sorpresa en algún acto

Mirando por el rabillo del ojo. Prevenidos por si el Papa aparece en el momento más insospechado. Así afrontan la Semana Santa que hoy arranca con el Domingo de Ramos lo mismo los peregrinos y los cardenales de la Curia que los periodistas que se disponen a cubrir las celebraciones centrales vinculadas a la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Después de 38 días de ingreso en el Policlínico Agostino Gemelli por una neumonía bilateral que a punto estuvo de costarle la vida, el equipo médico impuso a Francisco dos meses de convalecencia en su residencia de Santa Marta.
Sin embargo, tras dos semanas de aislamiento para evitar cualquier tipo de contacto que pudiera agravar la infección polimicrobiana que padece, Jorge Mario Bergoglio, de 88 años, se presentó por sorpresa hace justo una semana en la Plaza de San Pedro. Acudió sin avisar al final la misa con motivo del jubileo de los enfermos. Y lo hizo como un enfermo más, con las cánulas nasales que le suministran oxígeno y con la voz todavía debilitada, pero con mejor aspecto físico. «¡Feliz domingo a todos, muchas gracias!», dijo en un breve saludo. Parecía que aquel gesto vendría a ser una salida excepcional para volver de nuevo a una reclusión preventiva. Sin embargo, se convirtió en el inicio de una rentrée como así lo han corroborado otros dos hechos que han tenido lugar en estos días.
Este miércoles 9 de abril recibía en su despacho de Santa Marta a los reyes de Inglaterra, Carlos III y Camila, justo cuando los monarcas cumplían veinte años de matrimonio. De viaje oficial a Italia, oficialmente el encuentro se anuló debido precisamente al delicado estado de salud del Pontífice. Sin embargo, garantizada su leve mejoría, la audiencia tuvo lugar sin que trascendiera a los medios hasta después. Esta cita también ha servido para que la Santa Sede confirmara a posteriori que la ‘clausura’ papal ha finalizado y ya puede tener visitas.
Tan solo un día después, se generaba una escena a todas luces inesperada. A través de redes sociales se viralizaba un vídeo en el que se podía ver a Francisco por la basílica de San Pedro sin la habitual sotana blanca, la esclavina o el solideo, ataviado con un pantalón, camiseta interior de manga larga y una manta a modo de poncho.
Acompañado por su enfermero personal, Massimiliano Strappetti, y en silla de ruedas, cruzó la Puerta de la Oración, se dirigió al Altar de la Cátedra y luego rezó ante la tumba de San Pío X. En los diez minutos que permaneció en el templo también saludó y bendijo a algunos fieles. La Santa Sede aclararía después que «el Papa estaba dando un paseo y eligió prolongarlo para ir a rezar a la basílica». «El Papa continúa con su proceso de convalecencia regularmente, el hecho de la convalecencia no significa que no pueda salir», ha explicado Mateo Bruni, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, que ha subrayado que «al mismo tiempo hay claramente mejoras que se han podido notar con las salidas de estos días».
Con estos dos precedentes, la expectación es máxima sobre cómo, dónde y cuándo podría reaparecer Francisco. Teniendo en cuenta sus dificultades respiratorias que todavía le impiden hablar con fluidez en público, a lo que se añaden las limitaciones de movilidad, se da por hecho que no presidirá como tal ninguno de los actos litúrgicos de estos días, incluidos los referentes al Triduo Pascual. Pero, eso no significa que participe de una manera u otra, incluso haciéndose presente como sucedió el domingo pasado de manera puntual. Siempre y cuando las condiciones meteorológicas también vayan a favor. Por supuesto, se da por hecho que los seguirá en directo desde su pequeño estudio. De la misma manera que unos y otros apuestan firmemente porque sí estará el Domingo de Pascua en la Logia de las Bendiciones para impartir la bendición ‘Urbi et Orbi’, aunque no sea él quien pronuncie el discurso.
Desde el Vaticano ya adelantaron, cuando el Papa recibió el alta hospitalaria, que se contaba con un Plan B para este posible escenario que ahora es más real. Los cardenales de la Curia, con el secretario de Estado Pietro Parolin al frente, podrían suplir al Sucesor de Pedro al frente de las eucaristías y los oficios. Este programa alternativo ya se ha activado. Hoy será el cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio y prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales, quien presida la procesión y la misa del Domingo de Ramos.
Lo que sí confirman desde Roma a LA RAZÓN es que el parón en la actividad pública del Pontífice, tanto institucional como celebrativa, se ha compensado con un refuerzo de su misión ejecutiva. «Ese tiempo que dedicaba a recibir a unos y a otros lo está concentrando ahora en el gobierno. En los Dicasterios constatan que el Papa orienta y dinamiza», señala en términos diplomáticos un clérigo, que acaba siendo más claro en una reflexión añadida: «Manda como antes o más».
«Lo conocemos. Ahora comienza un tira y afloja entre él, que quiere cada vez más estar en medio de la gente y los médicos, que no es que queramos bloquearlo, pero sí que observe la convalecencia», aseguraba esta misma semana Sergio Alfieri, su médico en el Policlínico Gemelli.
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