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Simón Pérez y Silvia Charro se abren por primera vez sobre su caída a los infiernos: "Fue el principio de mi carrera como payaso"
Equipo de Investigación hace una radiografía del preocupante fenómeno de los protagonistas del vídeo de las hipotecas a tipo fijo

El fenómeno de Simón Pérez y Silvia Charro ha sido objeto de una profunda radiografía por parte del programa Equipo de Investigación en La Sexta. El episodio de este viernes ha sido enteramente dedicado al particular descenso a los infiernos de esta pareja que en 2017 vio cómo se les truncaba la vida por un error fatal.
Ambos alcanzaron una enorme popularidad en aquel año cuando en plenas fiestas de Navidad el periódico Periodista Digital publicó un vídeo que a priori iba a ser un análisis sobre el estado de la oferta hipotecaria, y las ventajas y desventajas de contratar una a tipo fijo o tipo variable. Sin embargo, el estado de ebriedad en el que ambos se encontraban precipitó que tanto Pérez como Charro fueran convertidos en memes vivientes de internet, hasta el día de hoy: Simón Pérez se ha estado humillando en los últimos meses en plataformas de retransmisiones en directo, en particular una llamada Kick, donde cumplía "retos" a cambio de dinero para consumir drogas.
La pareja ha sido entrevistada por el programa. Silvia Charro reconocía que tuvieron que grabar aquel fatídico vídeo sobre hipotecas en un estado de ebriedad porque una primera versión había desechada y se tuvo que volver a rodar en plena época de fiestas de empresa. El propio Pérez ha reconocido ahora que fue él quien tomó la iniciativa de comprar cocaína para tratar de superar la borrachera y poder hacer el vídeo. El resultado, sin embargo, no fue el deseado.
"Pon tu nombre en Google"
"Pon tu nombre en Google". Esta fue la orden que le dio el entonces jefe de Silvia Charro en una prestigiosa inmobiliaria horas después de que se publicara aquel vídeo. "No entendía por qué este señor me estaba gritando. Llegó un punto en el que Simón me quitó el teléfono y le dijo que dejara de insultarme, que ya no podía hacerse nada", cuenta Charro ante las cámaras de La Sexta. "Ahí nos dimos cuenta de que había sido el vídeo de las hipotecas y que todo el mundo me estaba llamando de todo". Las redes les habían transformado en caricatura y en diana de odio.
"Nos odiaban un montón. Si no le habíamos hecho nada a nadie", lamenta la pareja. "A Silvia la despidieron a las 24 horas. Yo me quedé en la calle, con 30.000 euros pero con gastos mensuales de 5.000 y 8.000 euros. Aquello fue la tumba de mi carrera como economista y el comienzo de mi carrera como payaso virtual, como meme", se resigna Pérez.
Cuando todo estalló, la pareja trató de controlar el relato. Acudieron a platós de televisión, donde trataron de convencer a los espectadores de que no se había consumido nada, simplemente se había performado para parecer "yupis capitalistas, casi inmorales", según Pérez, ya que "el vídeo iba a ser bastante aburrido". En aquel entonces también comenzaron a aparecer en canales de YouTube que suelen entrevistar a excéntricos personajes de internet, lo que en la jerga de las redes se conoce como lolcows.
En este descenso a los infiernos también hubo intentos de remontada. La pareja encontró una oportunidad de negocio en Macedonia del Norte, con una empresa que se dedicaba a la producción de cannabis. Aquel proyecto salió mal y nadie tiene claro por qué: Pérez acusa a la empresa de no haber solucionado "problemas críticos" en la producción del cultivo mientras que la empresa asegura que los españoles lo querían hacer "todo a su manera". En medio, un montón de pequeños inversores que pusieron entre 5.000 y 10.000 euros y que fueron captados por Pérez, que tenía la orden de levantar capital. Asegura que consiguió reunir más de un millón de euros que no volverán a los pequeños socios.
Desenfreno y drogas
Y en esas se llega al presente: este verano Simón Pérez ha aparecido en plataformas de streaming consumiendo crack y sus seguidores incentivándole al consumo de cocaína ofreciéndole dinero para "bocatas de pollo". El antiguo economista llegó a tirar una impresora por la ventana para conseguir más dinero de sus seguidores, que en chats privados llegan a asegurar que no tendrían responsabilidad legal en caso de que llegara un fatal desenlace para Simón Pérez.
La situación dio un giro drástico cuando también este verano murió otro streamer de la misma plataforma, Kick, en Francia: era un hombre que se sometía a humillaciones y palizas por parte de sus supuestos compañeros a cambio de una contraprestación. El caso escandalizó a la sociedad francesa y obligó al Ejecutivo galo a intervenir, prometiendo acciones legales contra esta plataforma que nació para competir con Twitch, la plataforma más centrada en la retransmisión de partidas de videojuegos propiedad de Amazon.
Entre tanto, Simón Pérez y Silvia Charro tratan de salir a flote. La pareja reconoce la responsabilidad de su situación. Él calcula que es "culpable" en un 90% de la "pesadilla" que está viviendo, asegura. "El 10% restante, de la sociedad, de los espectadores, de quienes donan". Charro, por su parte, se rompe al final del programa. "Si todo esto lo hace estando conmigo, entiendo que yo también soy en parte responsable". Simón Pérez, ante esas palabras, solo puede ofrecer su mano a su pareja. "Lo siento mucho y gracias por todo".
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