Tragedia

"Solo tendrá que pagar una indemnización": el testimonio del zaragozano al que un autobusero le arrebató a su hijo de 14 años

Javier Azúa denuncia que la juez considera la trágica muerte de su hijo menor un homicidio leve, con lo que el conductor que lo arrolló no entrará en prisión y mantendrá hasta el carné de circulación

Mario Azúa, en una fotografía cedida por sus padres
Mario Azúa, en una fotografía cedida por sus padresFamilia AzúaFamilia Azúa

El doctor Javier Azúa Romeo vivió el pasado martes "el segundo día más triste" de su vida. El primero, cuando en noviembre de 2022 llamaron a su puerta agentes de la Policía Local de Zaragoza para comunicarle que un autobús de la empresa municipal de la ciudad había atropellado mortalmente a Mariete, su hijo de 14 años, cuando volvía en patinete eléctrico a casa.

Ahora, casi un año después, ha recibido la noticia de que la juez que instruye el caso, titular del juzgado número diez de Zaragoza, "en dos párrafos declina toda responsabilidad" de la compañía de buses, Avanza, y el conductor sobre la muerte de hijo.

Este padre, herido de por vida por el trágico suceso, siente que para la magistrada la vida de su hijo menor "vale tres párrafos y una puta indemnización", después de que haya sido estimado como un "homicidio leve". Como él mismo confiesa completamente roto, el conductor homicida no tendrá que entrar en la cárcel, ni se le retirará el carné de conducir.

La familia recurrirá la decisión judicial ya que, según defienden, la jueza muestra un absoluto desconocimiento del propio código de circulación al señalar en el auto que el autobús no tenía obligación de parar ante un semáforo en ámbar, aún teniendo mala visibilidad. "Según dice, es un permiso de paso sin ningún tipo de control", denuncia este médico patólogo.

Señala, además, que en esta resolución se sugiere cierta responsabilidad de su hijo sobre su propio homicidio por vestir ese día una sudadera negra y no recoge que Mario llevaba en todo momento las luces de su patín encendidas para ver y ser visto.

Para el doctor Azúa, volcado ahora en el activismo contra las negligencias del transporte público de su ciudad, se dio por bueno durante la comparecencia del conductor acusado que su hijo fallecido circulaba a 26 kilómetros por hora, "cuando la Policía confirmó que el velocímetro estaba roto y en ninguna de las pruebas con patinetes similares han podido pasar de 25 por tener la velocidad limitada".

En los vídeos de las cámaras que recogieron el terrible momento se puede ver, revela, cómo este chico que estudiaba entonces 3 de la ESO circulaba por el carril que le correspondía, y el bus no frena para tomar la curva, golpeándole "dos veces hasta matarlo" mientras estaba parado frente a un semáforo.

En el extenso comunicado al respecto que ha difundido en Twitter, el padre de Mariete se confiesa agotado y "solo con ganas de tirar la toalla" al ver que para la Justicia la muerte de su hijo arrollado por un bus urbano "se dirime en unas cuantas líneas" y para el abogado de la empresa de transporte "todo vale, la mentira, la manipulación, culpabilizar al pobre Mario".

Mientras tanto, recuerda, los buses públicos de Zaragoza siguen recorriendo las calles con ruedas planas que tienen una antigüedad de casi 20 años, provocando accidentes prácticamente cada día y, sobre todo, "sin ningún tipo de repercusión" sobre unas acciones que cualquier día pueden sumar otra víctima más a esta escalofriante lista.

"Si existe Dios espero que os azote a todos los implicados con su ira y sufráis el dolor que me estáis provocando a mí. Puta vida", deja escrito este padre huérfano para el que su hijo nunca volverá a estar más que en el recuerdo.