Religión

El cura español que se enfrenta a tres años de cárcel por advertir del islam radical

El párroco de Barcelona Custodio Ballester fue acusado por la fiscal de la Audiencia de Málaga de haber incurrido en un delito de odio

El cura Custodio Ballester
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El padre Custodio Ballester se enfrenta a un calvario judicial. En 2020 la Fiscalía de la Audiencia de Málaga, que dirige María Teresa Verdugo, le acusó de haber incurrido en un delito de odio por un artículo en el que advertía de que "el islam radical quería destruir la civilización cristiana y arrasar Occidente".

Por ello, piden para el cura de Barcelona tres años de cárcel, que aún espera cuatro años después la celebración del juicio. Los problemas con la justicia del religioso comenzaron cuando publicó un artículo titulado El imposible diálogo con el Islam en el que, más allá de criticar el extremismo islamista, defendía que, pese a que no todos lo llevan a cabo, el conjunto de los islamistas radicales admiran a los que atetan contra lo que ellos consideran infieles al considerarlos -en su equivalente en el catolicismo- santos.

"Mi intención era dar un criterio para que la gente juzgase. Yo conozco a musulmanes que no se han sentido ofendidos porque han entendido perfectamente que no me refería a ellos, sino a los que viven el islam de una manera violenta, radical", argumenta respecto al fondo del texto el párroco en un reciente documental dedicado a su figura y los asuntos judiciales que enfrenta.

Según denuncia, la fiscal Verdugo citópartes separadas del artículo descontextualizándolas y las tergiversó persiguiendo su incriminación: "Ha cogido lo que podía incriminarme. Por mi condición sacerdotal soy más culpable porque cuando hablo, la gente me sigue. Yo me considero una persona respetuosa. Respeto a los musulmanes y pido que ellos también me respeten a mí".

"Me gustaría que me recordaran como un sacerdote que deseo siempre anunciar la verdad y denunciar el error", acaba diciendo el cura en el vídeo, mientras varias entidades han iniciado una campaña en su defensa, dibujándolo como una víctima más del islamismo radical.