
Solidaridad
A sus 100 años, una berlinesa reúne ayuda humanitaria desde su casa: “Vengan y vean el horror de la guerra”
Una mujer centenaria transformando el dolor en esperanza

La historia de Elisabeth Richter-Dröscher es un testimonio extraordinario de solidaridad. A sus 100 años, esta berlinesa ha convertido su pasión por la costura en un poderoso instrumento de ayuda humanitaria, dedicándose incansablemente a apoyar a Médicos Sin Fronteras.
Desde su hogar en Steglitz, Elisabeth ha transformado su creatividad en un proyecto solidario que desafía cualquier edad. Organiza bazares de Adviento donde vende productos confeccionados por sus propias manos, como almohadas, bolsas y delantales, cada uno cargado de significado. Para ella, ese trabajo tiene un valor profundo: “Lo que hago todos los días tiene sentido. Me ayuda a seguir adelante”, asegura.
Un equipo de mujeres comprometidas
Con una energía admirable, Elisabeth ha reunido a siete mujeres expertas en economía doméstica que la acompañan en esta misión. Juntas elaboran las piezas que luego se venden en los bazares. “Estoy ocupada cosiendo, y ya he terminado entre 50 y 60 almohadas”, comentó con entusiasmo al medio alemán Tagesspiegel.
Pero su compromiso va más allá de la costura. Elisabeth observa con profunda preocupación los conflictos actuales en Ucrania y Gaza, y se pregunta por qué la humanidad no aprende de sus errores.
En su próximo cumpleaños habrá servicio de catering, aunque confiesa que lo que más le gustaría sería comer un venado asado, un plato que no prueba desde hace dos décadas. Mientras continúa cosiendo, creando conciencia y contribuyendo solidariamente, Elisabeth demuestra que quedarse de brazos cruzados nunca ha sido una opción para ella.
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