Tribunales
Un soldado de la UME, condenado por organizar fiestas con alcohol a las que también acudieron mujeres durante una misión
Los dos brigadistas y el cabo implicados participaron en las fiestas hasta altas horas durante los incendios que sufrió Ibiza en 2020
El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena de 20 días de arresto en un establecimiento disciplinario militar para el soldado de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que participó en fiestas con alcohol hasta altas horas a las que también acudieron varias mujeres.
Los 'guateques' se celebraron en el edificio donde se alojaron los brigadistas mientras estuvieron inmersos en una misión de apoyo en la lucha contra los incendios que sufrió Ibiza durante los meses de verano de 2020. Las instalaciones fueron cedidas por el Consell de Ibiza tras la firma de un convenio con Defensa.
En el suceso también participaron otro soldado y un cabo, que también fueron condenados respectivamente por el Tribunal Militar Central a 20 y 25 días de detención. Todos ellos pertenecían en el momento de los hechos al batallón de la base Jaime I de Bétera (Valencia).
El jefe de la UME sancionó al implicado por haber incurrido en las faltas graves de "agredir, promover o participar en riñas o altercados con compañeros que puedan deteriorar la convivencia en la unidad o en alteraciones del buen orden en el curso de actividades militares o en instalaciones militares", actos prohibidos en el Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas. Bebieron alcohol sin autorización, organizaron el acceso sin autorización a varias mujeres civiles y uno de los vigilantes de seguridad pilló a uno de los soldados orinando en la puerta de entrada del propio edificio.
Las labores que desarrollaron en el marco de la misión de apoyo fueron las de facilitar la constitución de los elementos necesarios para intervenir en los incendios que estaban arrasando distintas zonas forestales de la isla, además del transporte de vehículos a otras del archipiélago balear si fuese preciso. La disponibilidad a la que estaban sometidos abarcaba las 24 horas del día y tenían fijado el margen máximo para incorporarse al servicio tras una llamada en una hora.
El mando tuvo conocimiento de los hechos después de que recibiesen quejas por el ruido de la música y las relaciones sexuales de los soldados procedentes del personal del Centro de Menores Padre Morey, situada a escasos metro de las instalaciones en las que se alojaron las unidades de la UME.
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