EE UU
Ni venganza ni locura: la desconcertante razón tras el incendio que se cobró 12 vidas en Los Ángeles
Una canción de rap francés podría ser la insólita inspiración detrás del devastador incendio de Los Ángeles que acabó con la vida de doce personas y que ahora sienta en el banquillo a un joven conductor de Uber
Resulta difícil de encajar: el hombre acusado de provocar un incendio que se cobró doce vidas en Los Ángeles es el mismo que, paradójicamente, intentó alertar a los servicios de emergencia. Jonathan Rinderknecht, un ciudadano francés de 29 años, se enfrenta ahora a la justicia federal de Estados Unidos como el único sospechoso de una catástrofe que dejó una profunda huella en la comunidad local.
Sin embargo, las pruebas que manejan los fiscales parecen dibujar un panorama desolador para el acusado. Los datos de geolocalización de su teléfono móvil lo sitúan en el lugar exacto del origen de las llamas, a apenas diez metros del punto donde comenzó todo. Esta evidencia tecnológica se ha convertido en la piedra angular de una acusación que podría mantenerle entre rejas durante décadas.
De hecho, la tragedia conocida como "Palisades Fire" se gestó en dos actos. El fuego se declaró inicialmente en la víspera de Año Nuevo, pero fue una semana más tarde, el 7 de enero, cuando se reavivó con una virulencia inusitada, causando la docena de víctimas mortales. Por estos hechos, Rinderknecht se expone a una pena de hasta 45 años de cárcel.
La insólita inspiración detrás de la tragedia
En este sentido, lo que más desconcierto ha generado en la investigación ha sido la confesión del propio Rinderknecht durante los interrogatorios. El presunto autor de los hechos aseguró que su motivación provino de una canción de rap francesa. En concreto, citó el tema "Feu-Bi", del artista Josman, como la pieza que le habría impulsado a cometer un acto de consecuencias tan devastadoras.
Por otro lado, la figura del acusado añade todavía más complejidad al caso. Rinderknecht, nacido y criado en Francia, residía en la zona afectada y trabajaba como conductor para la compañía Uber. Quienes le conocen aseguran que su perfil no encaja con el de un delincuente, un detalle que convierte su juicio en un laberinto de contradicciones a la espera de que la justicia norteamericana dicte sentencia.