
Cristal de tiempo
Así es el primer cristal de tiempo visible al ojo humano
Los cristales de tiempo no solo existen, sino que incluso pueden ser visibles directamente al ojo humano

La física ha dado un paso sorprendente con la creación de un cristal del tiempo que puede verse con un microscopio e incluso, en ciertos ángulos, con el ojo humano. Se trata de la primera vez que este fenómeno se hace visible de manera directa.
Hasta ahora, los cristales del tiempo habían sido un concepto casi de ciencia ficción: estructuras que se repiten en el tiempo igual que los cristales normales se repiten en el espacio. Ahora, gracias a un equipo de la Universidad de Colorado, este enigma se convierte en un objeto real y visible que abre nuevas posibilidades en la investigación de materiales y en tecnologías futuras.
¿Por qué es vital este descubrimiento?
Un cristal de tiempo es un material especial que, en lugar de quedarse quieto como un cristal normal (por ejemplo, la sal, que repite su forma en el espacio), se repite en el tiempo, por lo que sus átomos o moléculas oscilan en un ciclo constante, como si tuvieran un “latido” propio que nunca se detiene ni gasta energía. Es como un patrón luminoso que cambia de color siempre en la misma secuencia, sin frenar jamás, lo que rompe la regla de que todo acaba parándose con el tiempo.

La idea fue propuesta hace poco más de una década y se consideraba casi imposible de realizar. Sin embargo, varios grupos lograron producir versiones microscópicas en entornos muy controlados, como circuitos cuánticos o sistemas de átomos ultrafríos. El problema es que todo quedaba confinado al laboratorio y lejos del ojo humano. Con el nuevo experimento, la situación cambia por completo: ya no hablamos de un fenómeno remoto, sino de un patrón luminoso que cualquiera puede observar.
El equipo, formado por Hanqing Zhao e Ivan Smalyukh, usó un material conocido por su versatilidad: los cristales líquidos. Estos compuestos, presentes en las pantallas de los televisores y teléfonos, pueden comportarse como un sólido y un líquido al mismo tiempo. Al colocarse dentro de una celda de vidrio e iluminarse en condiciones específicas, las moléculas se organizan en un ciclo repetitivo que se manifiesta como franjas de colores brillantes. Ese parpadeo periódico es, en esencia, un cristal del tiempo visible.
El avance fue publicado en la revista Nature Materials y ya ha llamado la atención de la comunidad científica. La razón es que disponer de un cristal del tiempo accesible y visible simplifica enormemente su estudio. Ya no se necesita un complejo sistema cuántico para comprobar su existencia. Basta con reproducir las condiciones de luz y observar el patrón. Esto convierte a la investigación en algo mucho más democrático y abre la puerta a nuevos equipos que quieran explorar el fenómeno.
Más allá de la demostración experimental, el hallazgo apunta hacia aplicaciones prácticas. Los investigadores mencionan campos como la seguridad digital, ya que los cristales del tiempo podrían servir para generar códigos imposibles de falsificar. También podrían aplicarse en sistemas de verificación o generadores de números aleatorios. No obstante, todavía queda mucho por aprender de ellos como para sacarle provecho.
Es importante subrayar que este descubrimiento no tiene nada que ver con viajes en el tiempo ni con máquinas futuristas, al igual que sucede con los viajes en el tiempo mentales de la hipertimesia. Los cristales del tiempo no permiten retroceder al pasado ni saltar al futuro, pero demuestran que la materia puede organizarse de una manera que rompe la simetría del tiempo tal y como la entendemos normalmente.
Además que el fenómeno pueda ser visto directamente por un observador humano añade además un valor pedagógico. Explicar la existencia de un cristal del tiempo a estudiantes o al público general será más sencillo cuando se pueda mostrar un patrón real y luminoso, en lugar de limitarse a simulaciones abstractas. De este modo, el hallazgo traslada una idea exótica de la física teórica a la experiencia visual.
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