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Los astronautas chinos en vilo: un objeto ha impactado contra ellos y el peligro es máximo

Tres taikonautas quedaron atrapados durante unos días en estación espacial china Tiangong por culpa de basura espacial que dañó su nave

Un cohete Long March con tripulación en una nave espacial Shenzhou-16 despega Jiuquan, China
Un cohete Long March con tripulación en una nave espacial Shenzhou-16 despega Jiuquan, ChinaAgencia AP

No se puede considerar un viaje al espacio como un éxito si los implicados en él no regresan sanos y salvos. Esta es una lección aprendida a lo largo de los años, y una lección que los taikonautas (los astronautas chinos) Chen Dong, Chen Zhongrui y Wang Jie volvieron a aprender esta semana con su misión a la Estación Espacial Tiangong. El trío llegó a la estación a bordo de su nave Shenzhou-20 el 24 de abril y tenía previsto regresar a casa el 5 de noviembre, entregando las llaves de la estación a la tripulación de tres personas de la Shenzhou-21, que llegó el 31 de octubre.

Poco antes de que la Shenzhou-20 llevara a los tres astronautas de vuelta a casa, fue impactada por un fragmento de basura espacial, que provocó grietas en una de sus ventanas. Este tipo de daño representa un riesgo extremadamente grave para una nave que debe mantenerse hermética tanto en el vacío del espacio como durante su reingreso a la atmósfera terrestre.

"Se sospecha que la nave espacial tripulada Shenzhou-20 fue impactada por pequeños fragmentos espaciales, y se están llevando a cabo análisis de impacto y evaluaciones de riesgo", informaron funcionarios espaciales chinos en una publicación del 4 de noviembre en Weibo, la plataforma de redes sociales china. "Para garantizar la máxima seguridad y salud de los astronautas y asegurar el éxito total de la misión, se ha decidido posponer el regreso de la Shenzhou-20, originalmente programado para el 5 de noviembre".

Una nave inserbible que atrapa a nuevos taikonautas en la estación espacial

La tripulación del Shenzhou-20 regresó a casa en la Shenzhou-21, que debía regresar a la Tierra en seis meses. Hace dos semanas, la Shenzhou-21 transportó a los tres astronautas que relevaban a la tripulación de la Shenzhou-20 en la estación espacial permanentemente habitada conocida como Tiangong, o "Palacio Celestial". Este cambio forzado de nave representó una maniobra excepcional dentro del programa espacial chino.

Tiangong se enfrenta a la situación sin precedentes de no tener ninguna nave espacial operativa para traer de vuelta a la tripulación de Shenzhou-21 a la Tierra en caso de emergencia. La decisión de abandonar la Shenzhou-20 debido a una grieta en una ventana subraya la vulnerabilidad de las misiones tripuladas ante la basura espacial.

La agencia estatal de noticias Xinhua afirmó que el regreso de la tripulación de Shenzhou-20 "marcó la primera implementación exitosa de un procedimiento de retorno alternativo en la historia del programa de estaciones espaciales del país", y que el trío había establecido un nuevo récord por la estancia más larga en órbita de una tripulación china, resaltando la importancia histórica de la misión.

La basura espacial comienza a ser un problema mayor

La basura espacial está generando crecientes problemas para las operaciones espaciales. Incluye cualquier objeto artificial en órbita que no funcione como satélite o nave espacial. La magnitud y diversidad de estos restos, que van desde motas de pintura hasta grandes cuerpos de cohetes, complican enormemente la seguridad orbital.

Alrededor de la órbita baja de la Tierra estos desechos pueden desplazarse a velocidades cercanas a los 29.000 km/h. Esto provoca que incluso el pedazo más pequeño pueda ser altamente destructivo. En 2007 China destruyó el satélite meteorológico Fengyun-1C, ya fuera de servicio, para probar una de sus armas antisatélite, lo que terminó generando la mayor nube de basura espacial registrada, de la cual más de 3.000 fragmentos siguen orbitando actualmente.

Lincoln Hines, profesor asistente de asuntos internacionales del Georgia Institute of Technology, señaló que todavía es pronto para evaluar la seriedad con la que las autoridades chinas valoran la basura espacial. Sin embargo, afirma que este hecho podría servir como llamada de atención tanto para la ciudadanía como para los responsables políticos en China, respecto al riesgo que representa este creciente problema.