Alianza tecnológica

Enemigos, pero no tanto: Elon Musk pidió a Mark Zuckerberg unirse para comprar ChatGPT

La ambición por hacerse con el liderazgo en la carrera de la inteligencia artificial estuvo a punto de dar una sociedad de lo más sorprendente dados sus enfrentamientos previos

Elon Musk y Mark Zuckerberg estuvieron cerca de verse las caras sobre un ring
Elon Musk y Mark Zuckerberg estuvieron cerca de verse las caras sobre un ringTwitter

Existe una frase que se ha aplicado durante muchos años al ámbito de la política pero que puede hacerse extensiva a otros terrenos como el tecnológico. Se trata de la expresión “la política hace extraños compañeros de cama”, empleada por el escritor estadounidense Charles Dudley Warner en uno de los artículos que publicó en The Hartford Courant allá por el siglo XIX.

Una construcción que habla de las complejas relaciones que se conforman cuando se busca dar forma a un gobierno o a una alianza, y es precisamente esa opción la que pudo dar con dos compañeros de viaje que no habrían hecho más que causar una sorpresa mayúscula en Silicon Valley: Elon Musk y Mark Zuckerberg. ¿La razón para tal acuerdo? Colaborar para hacerse con OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT.

Tres gallos en el mismo corral tecnológico

Lo cierto es que la relación entre los tres líderes involucrados en ese affaire no pasa por su mejor momento. La salida de Elon Musk de OpenAI produjo un conflicto frontal con Sam Altman. Por otro lado, los movimientos constantes de Mark Zuckerberg para reclutar talento entre sus competidores así como la provocación que supuso para Elon Musk el lanzamiento de Threads por parte de Meta tampoco acaban de hacer que esa relación fluya por los mejores cauces. No hay que olvidar que el año pasado incluso sobrevoló la idea de que se vieran sobre un ring.

Pese a ello, y tal como recogen documentos judiciales que han visto la luz esta misma semana y de los que se hace eco CNBC, todo apunta a que Elon Musk llamó a la puerta de Mark Zuckerberg para buscar financiación con el objetivo de respaldar económicamente su propuesta de hacerse con OpenAI por 97.400 millones de dólares a principios de este año.

La causa judicial en la que han aflorado esos documentos es la iniciada por Elon Musk por incumplimiento de contrato por parte de OpenAI. Musk alega que la empresa matriz detrás de ChatGPT ha abandonado su misión original de desarrollar inteligencia artificial buscando el bien de la humanidad en favor del beneficio económico, perdiendo así su cariz de organización sin ánimo de lucro.

A esa demanda del dueño de Tesla y SpaceX le siguió meses después una contrademanda dentro del mismo proceso por parte del servicio jurídico de OpenAI por acoso y por lo que consideran que fue una campaña de desprestigio.

Una carta de intenciones que Meta ni confirma ni desmiente

En esa contrademanda, OpenAI solicitó que se citara a Meta Platforms por las comunicaciones que pudieron producirse entre Elon Musk y Mark Zuckerberg. La compañía que lidera Sam Altman expuso ante el tribunal que dirime el caso que durante el tiempo en que Musk y xAI trataban de crear un consorcio con el que afrontar la adquisición de OpenAI remitieron una carta de intenciones al director ejecutivo de Meta en la que le sondeaban “sobre posibles acuerdos de financiación o inversiones”.

Para ellos, la prueba de que Elon Musk buscó en Meta un aliado financiero. No obstante, Meta rehusó formar parte de ese proceso y se ha limitado a señalar que OpenAI debería obtener comunicaciones relevantes de Musk y xAI, dejando a Meta al margen dado que no forma parte del proceso judicial original y entrar en el mismo le supondría una molestia notable.

En ocasiones, la no confirmación es la mejor confirmación o al menos eso puede pensar OpenAI, que en su disputa judicial con Elon Musk ha obligado al multimillonario a dejar a un lado su orgullo y sus disputas con Mark Zuckerberg por el mero hecho de tratar de hacerse con OpenAI y ganar una batalla a Sam Altman. El valor de ChatGPT sin duda ha subido a la vista de este detalle.