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Despidos por IA
Durante los últimos meses grandes compañías tecnológicas y multinacionales han justificado miles de despidos apelando a la inteligencia artificial. Alegan que la automatización está haciendo innecesarios ciertos puestos, pero cada vez más voces cuestionan esa versión. Según varios analistas, la IA se ha convertido en una coartada para abaratar costes, mejorar beneficios y esquivar indemnizaciones.
Se trata de culpar a una tecnología en lugar de reconocer decisiones empresariales contra el trabajador. En este caso, detrás de los comunicados de prensa y las promesas de eficiencia se esconde una realidad menos brillante. Muchos de los empleados despedidos no han sido reemplazados por sistemas automatizados, sino que sus tareas han sido redistribuidas o eliminadas por completo.
El auge de la IA ha desatado una oleada de despidos. Empresas como Google, IBM o Duolingo han atribuido sus recortes a la adopción de nuevas herramientas de inteligencia artificial, argumentando que permiten hacer “más con menos”. Sin embargo, los datos no respaldan totalmente ese discurso. En muchos casos, la implementación de estos sistemas sigue en fases tempranas y no alcanza aún para sustituir funciones humanas a gran escala.
Expertos en relaciones laborales señalan que la IA está siendo usada como una cortina de humo. Al menos así lo indica Fabian Stephany, profesor asistente de IA y Trabajo en el Oxford Internet Institute, en una entrevista para la CNBC. Bajo el pretexto de la eficiencia, las compañías reducen plantillas para satisfacer la presión de los inversores o recortar gastos fijos.
“Soy muy escéptico sobre si los despidos que vemos actualmente se deben realmente a las verdaderas ganancias de eficiencia. Es más bien una proyección en la IA en el sentido de ‘Podemos usar la IA para hacer buenas excusas’”
Además, el uso del argumento tecnológico puede tener implicaciones legales. En algunos países, justificar un despido por “reestructuración tecnológica” permite a las empresas evitar indemnizaciones completas o renegociar contratos, lo que convierte la IA en un escudo corporativo con consecuencias laborales reales.
Los expertos destacan que la transición hacia la automatización total es mucho más lenta de lo que sugieren las empresas. Muchos sistemas de IA aún dependen del trabajo humano para corregir errores, supervisar datos o mantener su funcionamiento. Es decir, no se trata tanto de sustituir trabajadores, sino de reorganizar departamentos bajo el argumento de la innovación
Por otra parte, la pandemia de COVID-19, muchas compañías sobrecontrataron para atender el auge del comercio digital y los servicios en línea. Sin embargo, al frenarse la demanda, esos mismos puestos se volvieron insostenibles, según Stephany. Ahora, la inteligencia artificial ha permitido a las empresas que contrataron de más recortar plantilla bajo la excusa de modernizarse.
"En cierta medida, se trata de despedir a personas para las que no había una perspectiva sostenible a largo plazo y, en lugar de decir "nos equivocamos en nuestros cálculos hace dos o tres años", ahora pueden recurrir a la búsqueda de un chivo expiatorio, y eso es decir "aunque es por culpa de la IA""
En última instancia, el debate gira en torno a la transparencia corporativa. La IA ofrece a las empresas una narrativa moderna y difícil de cuestionar, pero también puede desviar la atención del verdadero motivo detrás de los despidos: la búsqueda de rentabilidad inmediata. Para los analistas, el riesgo es que este discurso normalice los recortes masivos como un efecto inevitable del progreso, cuando en realidad podrían responder más a estrategias financieras que a avances tecnológicos reales.
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