Neurociencia

Max Hodak, bioingeniero: "Imagino un puerto humano-máquina como los de la película Avatar"

Quien fuera parte del nacimiento de la empresa Neuralink reconoce haber tenido en mente la posibilidad de una conexión neuronal similar a la planteada por James Cameron en su película

Max Hodak durante una de sus conferencias sobre ingeniería biomédica
Max Hodak durante una de sus conferencias sobre ingeniería biomédicaLinkedIn

En ocasiones el mundo del cine traslada escenas en universos de ciencia ficción que sirven como inspiración a los humanos. Puede suceder con vehículos futuristas o propulsados por una tecnología no inventada hasta la fecha, pero también con avances médicos o que tengan su espacio en una rama como la neurociencia.

Una muestra de ello la tenemos en el planeta Pandora, hogar de los Na’vi que protagonizaban la película “Avatar” y que con su cola neuronal han servido de inspiración a Max Hodak. Quien fuera socio de Elon Musk como fundador de la empresa Neuralink reconoce haber coqueteado con la idea de que los humanos cuenten con algo similar a un puerto USB que mejore sus capacidades neuronales y que pueda resolver problemas como la ceguera.

Avances más propios de la ciencia ficción

Hodak hizo estas revelaciones el pasado 16 de mayo en el programa de entrevistas Moonshots que dirige Peter Diamandis. Durante la conversación, el ingeniero biomédico hizo referencia a las altas posibilidades que podría dar a los humanos una conexión cerebro-computadora idealizada:

“Lo que me viene a la mente, si has visto las películas de Avatar, es un gran nervio craneal externalizado. Toda la información que entra o sale del cerebro pasa por 12 nervios craneales. La pregunta es: ¿Se podría desarrollar un decimotercer nervio craneal con un ancho de banda interhemisférico?"

Max Hodak en Moonshots, de Peter Diamandis

Para el actual director ejecutivo de la empresa de tecnología basada en biología Science, se trata de una idea compleja de ejecutar en el momento en que la planteó por primera vez, durante sus años de universidad y que todavía resulta imposible llevar a término.

La idea de Hodak consistía en cargar un dispositivo con neuronas altamente diseñadas, neuronas según sus palabras “de células madre”, integrarlas en un hidrogel para que no se movieran y tras ello injertar la parte húmeda en el cerebro.

En la idea planteada por Max Hodak, lo único que penetra en el cerebro son los procesos biológicos de esas células injertadas, sin tener causar por tanto ninguna alteración en el cerebro. El ingeniero biomédico, explicaba así a Diamandis el final de lo que imagina como técnica para emular a los protagonistas de Avatar: “En el extremo opuesto, se forman sinapsis químicas, lo que permite activar estas células ópticamente para activarlas selectivamente. Desarrollan axones y dendritas, lo que nos permite obtener información y resultados, y registrarlos eléctricamente”, detallaba Hodak.

El dispositivo con el que fantasea Hodak está todavía muy lejos de poder ser una realidad, si bien resulta en una opción que tal vez los expertos en medicina neuronal se planteen tras llevar a cabo los estudios previos necesarios y tras discernir las implicaciones éticas que también comportan este tipo de actuaciones.