
Revoluciones tecnológicas
Ruchir Sharma, escritor experto en mercados emergentes, pone sobre la mesa una verdad incómoda acerca de la inteligencia artificial: "Es la revolución tecnológica más odiada"
Las dudas acerca de las implicaciones que pueden derivar de su desarrollo en áreas laborales, así como la falta de formación sobre ella, generan recelo en un amplio espectro de la población

El pasado 30 de noviembre ChatGPT, el popular chatbot de inteligencia artificial, cumplió tres años. Ha sido un periodo de tiempo en el que su empleo ha pasado de ser algo residual y muy específico para determinadas tareas a algo que forma parte de la rutina de muchas personas y empresas.
Sin embargo, esa expansión no ha seguido un único camino, optimista y sembrado de esperanzas sobre sus bondades. Muy al contrario, con cada paso adelante se elevan voces de expertos que solicitan una regulación ante las amenazas que conlleva la inteligencia y sus potenciales etapas futuras.
Uno de ellos es Yuval Noah Harari, que se pregunta cómo será la convivencia entre una inteligencia con una capacidad superior a la de sus impulsores y los propios humanos. Más si cabe en un contexto en el que se perciben temores sobre cómo puede afectar al statu quo actual: trabajo, estabilidad económica, aprendizaje de uso de las herramientas impulsadas por inteligencia artificial o qué puede hacer de verdad por las personas.
Dos de cada tres personas desconfían de las promesas de la IA
Son solo algunas de las dudas que envuelven al momento actual y sobre las que pone el foco el escritor indio-estadounidense Ruchir Sharma, quien compara la situación actual con otras revoluciones tecnológicas previas en las que la tranquilidad de la población estaba mucho más afianzada que en la actualidad.
Sharma, columnista en el diario británico Financial Times y experto en mercados emergentes, analizó en el espacio de divulgación de Norges Bank Investment Management la eclosión de la industria tecnológica en torno a la inteligencia artificial destacando el temor que causa en comparación con la aparición de Internet o la burbuja de las puntocom de los años noventa:
“Esta es la revolución tecnológica más odiada. Si nos remontamos a las otras grandes revoluciones que han ocurrido, incluso a las burbujas que ha tenido lugar, la gente era muy optimista sobre lo que internet podía hacer por ellos”
Una sensación que el también inversor justifica en los constantes avisos de destrucción de empleo humano y reemplazo por sistemas automatizados para recortar costes laborales y en las dudas de la civilización de a pie para ver un uso realista de la inteligencia artificial en su día a día: “Todo el mundo nos dice que la IA ya está aquí, y si no la usas, puedes perder tu trabajo. Y la gente le tiene miedo”, reafirmó Sharma.
Dificultad para ver sus aplicaciones cotidianas
El autor de "Naciones Emergentes: En busca de los próximos milagros económicos" basó su tesis en datos de estudios a los que ha tenido acceso y que recalcan ese temor en dos de cada tres personas: “Algunas de las encuestas que he visto muestran que solo alrededor del 35% de las personas se sienten bien con la IA y la mayoría, de hecho, quiere que se regule de alguna manera porque tienen miedo del impacto que tendrá la IA”. Una idea que cuenta con el respaldo de expertos como Geoffrey Hinton, favorable a una implicación mayor por parte de gobiernos e instituciones de cara a regular la inteligencia artificial y sus designios.
Ruchir Sharma cerró la cuestión sobre la inteligencia artificial recordando el impacto positivo que tuvieron descubrimientos como los vehículos a motor o la electricidad. Inventos nuevos, disruptivos en su momento, desconocidos y con potencial, tal como puede serlo la inteligencia artificial y que, sin embargo, no causaron la desazón que Sharma percibe en la actualidad: “Con la IA la gran diferencia que siento es que la gente está realmente asustada de ¿qué va a hacer esto por mí?”, fue la reflexión que dejó el experto como deliberación final.
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