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Informática

Steve Ballmer, exCEO de Microsoft, sobre el fracaso de Windows Vista: "No puede volver a repetirse"

Cinco años de trabajo y un lanzamiento con fallos y errores que hacían renegar incluso a los directivos de la compañía estuvieron a punto de llevarse por delante la reputación de Microsoft

El exconsejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer larazonlarazon

Cuando una compañía alcanza los 50 años de presencia en un mercado tan competitivo como el tecnológico es señal de que ha hecho muchas cosas bien. Por supuesto, una trayectoria de medio siglo también presenta algún que otro borrón que los directivos no querrían que estuviera en su historial, pero que no tienen reparo en asumir.

Esto ocurre incluso en el caso de gigantes como Microsoft. La compañía fundada por Bill Gates y Paul Allen en 1975 que revolucionó el mundo del software. Fruto de esa irrupción, cada una de sus evoluciones, de sus rediseños, de sus actualizaciones es esperada con gran expectación por los usuarios.

El mal sabor de boca de Windows Vista

Lo que ocurre es que no todas las versiones han tenido el mismo rendimiento y por tanto la acogida por parte tanto del público como incluso de los propios responsables de la compañía ha visto algún que otro tropiezo notable. En el caso de Microsoft, la versión Vista de su archiconocido sistema operativo Windows marcó un momento complejo para la compañía, que le obligó a rehacerse de forma ágil antes de que su prestigio cayera en picado.

Estamos hablando del año 2007 y por aquel entonces Bill Gates ya había dejado el testigo como director ejecutivo de la compañía a Steve Ballmer, quien luego sería reemplazado por Satya Nadella. Ballmer había sido gerente de marketing y proyecto del sistema operativo en sus primeros años en Microsoft y tuvo que afrontar una crisis como no se había visto hasta entonces en la multinacional. Tal era la gravedad de los problemas detectados, que ni los propios directivos de Microsoft querían actualizar su sistema operativo con la versión recién lanzada de Windows Vista.

Los correos electrónicos que lo confirman

Esto es algo que ha quedado de manifiesto tras la publicación de una cadena de correos electrónicos intercambiados entre Jon Shirley, que fuera director de operaciones de Microsoft hasta 1990 y que formaba parte de la junta directiva de la compañía, y el director ejecutivo de la misma, Steve Ballmer. Los correos han sido publicados por el perfil de X (antes Twitter) de Internal Tech Emails, que cuenta con su propia página web, especializado en encontrar ese tipo de comunicaciones de personalidades de relevancia de la industria tecnológica y que permiten conocer los entresijos de la misma.

En el caso de la comunicación entre Shirley y Ballmer, resulta llamativo ver cómo el primero mostraba su clara oposición a actualizar sus propios equipos con la recién lanzada versión de Windows Vista por los problemas de compatibilidad de utilidades y controladores con ella. Shirley se mostraba contrariado en su escrito a Ballmer con el resultado tras cinco años de trabajo, algo que el propio director ejecutivo aceptó en su respuesta.

Porque los problemas asociados a Windows Vista eran tan evidentes que ni el máximo responsable de la compañía podía escapar a ellos. Steve Ballmer reconocía en su respuesta los fallos de controladores y el tiempo malgastado por la compañía en el desarrollo de Windows Vista. Al menos en este caso Ballmer sí tuvo una visión acertada para analizar la situación, no como con el lanzamiento de los primeros iPhone ese mismo año, de los que vaticinó que serían un fracaso.

Y es que, en realidad, el proyecto de la nueva versión del sistema operativo abarcaba un entorno mucho más complejo que los desarrolladores tuvieron que dejar a mitad de camino para comenzar prácticamente de cero y dar con lo que fue esa primera versión de Windows Vista que presentaba un funcionamiento errático. Tal era el malestar de Ballmer que remataba su respuesta a Shirley con un conciso: “no podemos volver a hacer eso”, reconociendo que el trabajo de los últimos cinco años había supuesto un punto negro en el inmaculado historial de Microsoft.

Por fortuna, Microsoft tardó apenas dos años en desarrollar y lanzar al mercado una nueva versión de su sistema operativo bautizada como Windows 7, que llegó para hacer olvidar a la versión Vista tras poco más de dos años en funcionamiento. La imagen de Microsoft estaba en juego y mantener una versión que generó tanto descontento como Windows Vista habría podido ser catastrófico para la imagen de la compañía cofundada por Bill Gates.