
Inteligencia artificial
El terrorífico motivo por el que muchos líderes de IA deciden no tener hijos: "creen que el mundo no durará mucho más tiempo"
La periodista y escritora estadounidense Karen Hao recoge en su nuevo libro los aspectos más incómodos de la evolución de OpenAI y la urgencia de atajar la evolución de la IA

Puede parecer que el recelo acerca de las implicaciones que deparará la evolución de la inteligencia artificial sean más una cuestión de las personas de a pie, ajenas a la industria, que algo que forme parte también del debate interno de desarrolladores, programadores e ingenieros inmersos en proyectos de las firmas implicadas en su progreso.
Nada más lejos de la realidad. Los temores mostrados por expertos como Geoffrey Hinton, considerado padrino de la inteligencia artificial, forman parte de la filosofía de vida de más empleados centrados en los siguientes pasos de la IA. Al menos así se refleja de algunos de los testimonios recopilados por Karen Hao, periodista estadounidense especializada en tecnología que desde hace años trabaja en el campo de la inteligencia artificial, la ética tecnológica y la desinformación.
Deshojando OpenAI
Hao ha sido corresponsal en el extranjero para el prestigioso Wall Street Journal y entre otras áreas informó durante años de los avances de la industria tecnológica en el gigante asiático por excelencia: China. Ahora, Karen Hao publica “El imperio de la IA: dentro de la temeraria carrera por la dominación total”, un libro en el que trata de recopilar los pasos de la empresa OpenAI, responsable de ChatGPT que acaba de estrenar el modelo GPT 5, en el que trata de dibujar el pasado y futuro del mundo, ligado de manera indisoluble a la evolución de la inteligencia artificial.
La escritora y periodista concedió una entrevista a The Irish Times en la que repasó alguno de los testimonios más sobrecogedores de su nuevo libro. Entre ellos, sin duda llaman la atención aquellos que ponen el foco en confesiones realizadas por actores implicados en el desarrollo de los modelos de lenguaje, que según relata Hao, no parecen albergar muchas esperanzas de futuro y se mueven más por la satisfacción de los propios avances que por un bienestar próximo en el que no creen: “Lo interesante es que muchos de ellos deciden no tener hijos porque no creen que el mundo vaya a durar mucho más”, señaló Hao antes de continuar con su explicación.
“En algunas personas de los sectores más extremos de la comunidad, su idea de utopía es que todos los humanos eventualmente desaparezcan y sean reemplazados por esta inteligencia superior. Lo ven como una fuerza natural de la evolución”
Naturalizar la expansión y progreso de la inteligencia artificial en detrimento del mundo tal como se conoce, imperfecto, pero al menos todavía habitable para los humanos. Una cuestión que parecen poner en duda quienes, desde dentro, reman en una dirección cuyo final es una catarata conocida y trágica.
No obstante, Karen Hao también reconoció que en el seno de la propia industria de la inteligencia artificial hay quienes tienen una visión diferente, quizás demasiado, de los próximos tiempos con inteligencia artificial. Y es que frente a quienes ni se plantean descendencia por la incertidumbre del mundo, están aquellos que creen que la IA solucionará todos los males que estén por llegar, incluso aquellos que pueda causar ella misma.
Hao disentía durante la entrevista de esa visión: “El problema es que no tenemos tiempo para seguir destruyendo nuestro planeta con la esperanza de que algún día todo se solucione con esto que estamos creando”. Para la autora, detrás de esa perspectiva está la tranquilidad que dan el poder y el dominio, pero la incertidumbre sigue latente: “Están compensando el daño real del mundo de hoy con un posible futuro mañana. Ese posible futuro podría ir en la dirección opuesta”, remarcó Hao.
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