Motor
Cuando Aston Martin diseña submarinos
La última frontera no es el espacio sino el fondo marino
Si por algo se ha caracterizado Aston Martin en su historia es por vincularse al lujo, a la aventura y la tecnología, basta recordar sino su relación con la franquicia 007. Pero siempre que pensamos en la compañía británica, lo hacemos en cuatro ruedas y nunca bajo las olas. Al menos fue así hasta que llegó el Proyecto Neptune, la unión de Aston Martin con Triton Submarines para crear un submarino de lujo.
Esta colaboración dio a luz a un submarino capaz de sumergirse 500 metros, con tres personas a bordo y una batería suficientemente potente como para que estuvieran allí durante 8 horas… muy cómodos. Los propietarios pueden elegir su color exterior entre blanco, azul, gris, amarillo, rojo y negro, mientras que para el interior, las opciones de las butacas son mucho más amplias y todas incluyen asientos de piel tratada a mano.
El submarino pesa unos 4.200 kilos y tiene una altura máxima de 1,9 metros y Aston Martin se encargó principalmente del sistema de propulsión, pero también influyó en el diseño, ya que se inspira en su edición limitada del Valkyrie. Obviamente no alcanza una velocidad digna de los cuatro ruedas: apenas pasa de los 10 km/h, pero eso, bajo el agua es más que suficiente. De hecho es 5 veces más que el submarino T36000 2 de Triton. ¿Por qué lo comparamos con este submarino? Básicamente porque es el estándar con el que se miden la mayoría de los submarinos comerciales. Y porque es es un vehículo que no tiene profundidad límite y ha sido, a bordo de él, que el multimillonario Victor Vescovo se convirtió en el primer ser humano en alcanzar las mayores profundidades oceánicas del planeta. De hecho, la mayor inmersión que se ha realizado hasta la fecha, la llevó a cabo el propio Vescovo con uno de estos submarinos.
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