Tecnología militar

Así será el futuro misil rompebúnkeres de Estados Unidos

Se trata de la Nueva Generación de Penetradores (NGP) que incorpora sistemas avanzados de guía, navegación y multiplica por 5 la potencial actual.

MOP 432
Lanzamiento de un MOP 432DoDDoD

Los hemos visto en los primeros ataques de Estados Unidos a Irán. El penetrador de artillería masiva (MOP) GBU-57/B de 13.600 kg de la Fuerza Aérea de EE. UU. se utilizó por primera vez en ataques operativos contra instalaciones nucleares iraníes y muestran una escalada significativa en las opciones cinéticas de EE. UU. contra objetivos blindados.

Pero este despliegue no es único: se produce mientras el Pentágono acelera los esfuerzos para desarrollar un sucesor más avanzado, el Penetrador de Nueva Generación (NGP), diseñado para superar las capacidades del MOP en profundidad, precisión y capacidad de supervivencia. El GBU-57/B es actualmente el rompebúnkeres convencional más potente del arsenal estadounidense, con un peso de 13.600 kg y una longitud de 6,2 metros.

Diseñado para destruir objetivos enterrados y fortificados a gran profundidad, el MOP lleva una ojiva BLU-127/B de 2270 kg, que representa casi el 20 % de la masa total del arma. Si bien su capacidad de penetración exacta sigue siendo clasificada, se cree que alcanza profundidades de más de 60 metros a través del hormigón armado.

En términos operativos, solo el bombardero furtivo B-2 Spirit está autorizado para desplegar esta arma, aunque el B-21 Raider, aún en desarrollo, asumirá esta función con el tiempo. También se han realizado pruebas con el B-52.

Durante la Operación Martillo de Medianoche, los bombarderos B-2 lanzaron 14 penetradores de artillería masiva (MOP). Doce bombas impactaron en el complejo de enriquecimiento de Fordow, mientras que dos impactaron en Natanz.

Esta operación demostró que estas armas se utilizan ahora como herramientas activas, no solo con fines disuasorios. Aunque las bombas eran pesadas, las imágenes posteriores a los impactos confirmaron su precisión.

Sin embargo, dadas las limitaciones operativas de los MOP, en particular su necesidad de lanzamiento a corta distancia y la falta de propulsión, los planificadores del Pentágono han avanzado con el concepto de NGP.

Un anuncio de contratación de la Fuerza Aérea de EE. UU. describió los requisitos iniciales: una ojiva penetradora con un peso máximo de 10.000 kilos, capaz de producir efectos explosivos, de fragmentación y de penetración profunda. No se especificaron el peso ni las dimensiones totales del sistema. Se espera que el NGP incorpore sistemas avanzados de Guía, Navegación y Control (GNC), incluyendo rendimiento en entornos con GPS degradado o denegado.

A esto hay que sumarle que la Fuerza Aérea exige una precisión terminal de CE90 a 2,2 metros, lo que significa que el arma debe impactar a menos de 2,2 metros de su punto de impacto previsto el 90 % del tiempo, una precisión notable para una munición de tal tamaño. Este nivel de precisión supera a los JDAM estándar con GPS, cuya precisión puede degradarse a 30 metros sin GPS.

Además de la precisión, la capacidad de supervivencia y la adaptabilidad son objetivos clave. La Fuerza Aérea busca una tecnología de espoleta robusta e integrada para resistir fuerzas de impacto extremas y disparar a la profundidad óptima.

Esto incluye el interés en espoletas con detección de vacío y conteo de pisos, capaces de detectar espacios internos dentro de complejos subterráneos antes de la detonación. Estas son cruciales para penetrar instalaciones compartimentadas y profundamente enterradas, donde la información sobre la distribución interna es limitada. El proyecto NGP se basa en estudios previos, incluyendo el Análisis de Alternativas (AoA) de Municiones de Blancos Duros de 2012 y su actualización de 2019.

A diferencia del MOP, que inicialmente fue un programa de reacción rápida implementado por la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa (DTRA), se espera que el NGP sea un programa totalmente formalizado con escalabilidad a largo plazo.

La Fuerza Aérea también ha expresado interés en integrar la capacidad de separación motorizada en el NGP, incluyendo potencialmente la propulsión asistida por cohetes. Esto permitiría el despliegue de futuras municiones desde mayores distancias, reduciendo la exposición de las aeronaves de lanzamiento y ampliando las opciones de objetivos. Las representaciones teóricas sugieren un factor de forma similar al de un misil para operaciones de largo alcance.

En última instancia, el NGP podría surgir no como un arma única, sino como una familia de sistemas escalables y de penetración profunda integrados en el ecosistema de Ataque de Largo Alcance (LRS). Esto incluye el B-21 Raider, el misil AGM-181A de Largo Alcance (LRSO) y otras plataformas clasificadas.