Ciberseguridad

Así es el manual de sexting publicado por el Principado de Asturias para menores de 14 años

Esta práctica de riesgo es realizada por un 10% de los menores sin distinción de sexo

El 20,1% de las españolas reconoce practicar «sexting» frente al 30,4% de los hombres / Foto: Cipriano Pastrano
El 20,1% de las españolas reconoce practicar «sexting» frente al 30,4% de los hombres / Foto: Cipriano Pastranolarazon

Desde el Consejo de la Juventud de Asturias han publicado una Guía de Sexting Positivo para trabajar en las clases con alumnos y alumnas de 2do de la ESO. De acuerdo con estudios la práctica del sexting va en aumento desde los 12 a los 17 años, pasando del 3,4% al 36%. No se trata de algo extraordinario y es necesario abordarlo desde las instituciones por las consecuencias. Pero, ¿cómo lo hace el manual de sexting del Principado?

De acuerdo con la guía, el sexting es la práctica de “compartir fotos y vídeos íntimos a través de Internet. En estas fotos y estos vídeos pueden salir desnudos, o no, pueden hacerse en forma de "selfie", pueden ser más o menos explícitos, y además pueden estar implicadas una o varias personas”.

También señalan que “no es algo "malo", ni un problema: es una práctica erótica consensuada entre dos o más personas que tienen una relación personal de algún tipo, con una finalidad positiva y de disfrute, y en la que todas las personas implicadas tienen la capacidad de tomar decisiones. Es decir: solo es sexting si tú quieres hacerlo”. Y al mismo tiempo explican que no es sexting si quien recibe las imágenes publica las fotos sin nuestro permiso, si hace una foto privada sin nuestro consentimiento o si las publica tras una ruptura.

“Cuando rompemos una relación – explica la guía – se pueden generar conflictos y sentimientos muy negativos que pueden llevarnos a actuar de manera injusta y dolorosa. Por muy compleja que haya sido la separación, NUNCA ESTÁ JUSTIFICADO compartir intencionadamente contenido privado con la finalidad de vengarnos o de hacer daño. Respetar la intimidad de las relaciones es un compromiso implícito para que las mismas sean sanas y equilibradas”.

Y más tarde se añade: “Es importante saber que las relaciones pueden terminarse y que puede haber conflictos entre las personas. Sin embargo, eso no justifica que podamos romper con los compromisos que hemos establecido en el pasado. No podemos conocer el futuro y no podemos prever traiciones o faltas de respeto”.

Luego se suman consejos para reducir los riesgos futuros, como evitar mostrar el rostro, los tatuajes o cualquier parte de nuestro cuerpo u objetos que puedan identificarnos. También aconsejan: “Piensa antes de enviar tus contenidos y revísalos: Recuerda que puedes recortar y retocar tus fotos y vídeos. ¡Hay muchas aplicaciones gratuitas para ello!”.

Nos guste o no la realidad es que el sexting es una práctica frecuente a partir de ciertas edades y que aumenta entre los 12 y los 17 años. Lo que ocurre con este manual es que, por un lado, no deja claro las consecuencias de compartir sin permiso las imágenes. Esto es un delito, que trae la cárcel y sanciones económicas. Tampoco se advierte con claridad los peligros de llevar a cabo esta práctica sin saber quién está del otro lado: no todos los que piden fotos son menores de edad, por más real que parezca su perfil. Y eso puede ser muy peligroso para la salud mental de los menores.

Asumir que existe la práctica e intentar guiar en su uso, es una decisión, pero alentar a llevarla a cabo sugiriendo páginas de edición de imágenes, ya es algo completamente distinto. Y, aún cuando se practique entre menores de 14 años (el público al cual va dirigida esta guía), decir que ahora pueden compartirse las imágenes pero que “las relaciones pueden terminarse y eso no significa que podamos romper con los compromisos del pasado”, es asumir que todos entendemos que no debemos hacer algo que es un delito. Y que con ello basta.

En otro apartado, la guía recomienda el uso de “herramientas que te permitan compartir tus imágenes anónimamente y solo con quien tú quieras, y que además te permitan borrarlas más adelante.Un ejemplo es la página web IMGUR, donde podrás subir fotos sin dar ninguno de tus datos personales.Después,podrás compartir esa fotografía en forma de enlace directo,sin tener que entrar en un perfil o en una página personal”. El problema es que no mencionan que Imgur, en su política de privacidad señala que “Ninguna imagen subida a Imgur está completamente oculta a la vista pública”, es decir que cualquier podría ver la imagen que sube una o un menor a esta web que recomiendan desde la guía.

El sexting no es una práctica para menores, otra cosa es que se lleve a cabo, pero hablar de sexting positivo cuando el Instituto Nacional de Ciberseguridad la considera una práctica de riesgo, es como mínimo confuso.

Para comprender las consecuencias de esta práctica, el perito judicial informático Pablo Duchement ha creado esta infografía.

Consecuencias del sexting
Consecuencias del sextingPablo DuchementPablo Duchement

En síntesis: ¿los menores practican el sexting? Sí. ¿Es una práctica de riesgo? Sí. ¿Son conscientes los menores de las consecuencias? No. ¿Es lógico estimular esta práctica en menores de 14 años? No.